Cathy es una chef de 40 años que, frustrada por no haber podido abrir su propio restaurante, tiene que aceptar un empleo en un centro de menores. Allí conocerá a un grupo de jóvenes inmigrantes con los que terminará haciendo migas y enseñándoles todo lo que sabe sobre cocina..
La brigada de la cocina de Louis- Julien Petit es una película con la que te ríes, lloras y te emocionas. Una de esas películas tan necesarias y que tanto nos hacen falta en un mundo falto de humanidad.
El cine francés me encanta porque es capaz de sacar temas complicados, delicados y sensibles con gran acierto y siempre son capaces de hacernos sentir muchas cosas en la misma película.
No es la típica producción de cocina en la que te pasas un buen rato, desconectas y adiós, sino que pone sobre la mesa temas tan complicados como es el dejarlo todo por un futuro mejor, por vivir un sueño, por tener una mejor vida y encontrarte de bruces con la cruda y triste realidad.
El tema de la cocina es una forma maravillosa de llegar a todos los protagonistas de la brigada de la cocina y también de conocer su cultura, ya que muchas veces oímos países y lugares del mundo, pero somos incapaces o no tenemos la suficiente curiosidad para sentarnos y buscar todo lo relacionado con ese lugar.
Puede parecer que el guion no es original o que toca las mismas teclas que casi todas las películas del mismo género, pero yo pienso todo lo contrario, ya que es una película con un humor inteligente, con una forma de mirar la vida tan necesaria, tan bonita que ojalá todas las personas fuesen como Cathy.
El ritmo es ágil, siempre están sucediendo cosas y los diálogos te dejarán huella, ya que hay conversaciones maravillosas entre los personajes de François Cluzet y Audrey Lamy,
Tenemos la cara "b" de la moneda en l a brigada de la cocina y tal como os he dicho antes es la burocracia, es la lentitud, ineptitud y el lavarse las manos frente a algunos casos o el no querer avanzar en materia social.
Creo que es una película que es detallista, que tiene esa humanidad que extrañaba en las últimas producciones que he visto, pero sobre todo los personajes son geniales y muy bien perfilados.
Es una crítica social a muchas políticas, pero sobre todo es un tirón de orejas con mucha sal y sin edulcorar a los que se lucran con estos jóvenes y a quienes se lavan las manos.
Me puse a llorar en varias ocasiones y en otras a llorar, pero llorar y reír al mismo tiempo, no podría recordarlo.
No dudaría en volverla a ver y se la pondría a personas de todas las edades. Por cierto, también es una crítica a esos programas de televisión y a esa cocina que no está hecha con el corazón y no con la caja registradora.
Ya sabéis que cuando algo me gusta, pues me quedo sin palabras, soy repetitiva, pero no sé la forma de deciros ¡Correr al cine!, porque es una pequeña joya
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