En una visita a Atapuerca, un estudiante descubre que una de las reproducciones que imitan los
enterramientos prehistóricos es, en realidad el cuerpo sin vida de una chica. La joven ha sido colocada con una simbología ritual, y todas las pistas apuntan a un homicidio ocurrido años atrás en otro yacimiento.
Demasiados detalles recuerdan al caso anterior, por lo que el juez reúne a los policías que se encargaron entonces: la inspectora Silvia Guzmán y Daniel Velarde, un ex policía dedicado ahora a la seguridad privada. Pero nadie sabe que en el pasado ambos vivieron una relación que tuvo mucho que ver con la truncada resolución del caso. Ahora tienen que colaborar y aclarar sus sentimientos para descubrir al asesino del yacimiento y cerrar aquella herida abierta en su pasado.
Que en Atapuerca se recree la vida diaria de nuestros antepasados prehistóricos, como cocinaban, cazaban, a quienes rendían culto, incluso como los enterraban, no es raro, lo raro es descubrir, que alguien conocedor, aparentemente, de estos datos, decida representar en la actualidad, esta cotidianidad, concretamente cierta forma de enterramiento. Y para que su recreación sea más fiel, no dudará en usar víctimas reales, y digo victimas ya que el cadáver de esta ultima joven, guarda muchas similitudes con otra que apareció hace tiempo. Por ello, deciden reunir a los dos policías que investigaron ese caso; la inspectora Silvia Guzmán y a Daniel Velarde, ex policía y actual director de una empresa privada de seguridad.
Con cada pista con la que se cruzan Silvia, su subordinado Rodrigo Ajuria y Daniel Velarde cae un secreto, un secreto de la víctima, de su familia, de su novio o incluso de los propios Silvia y Daniel. Tal vez si desentrañan esta maraña de secretos, esta vez, consigan llegar al asesino de estas chicas.
Si tuviera que definir el estilo de La Huella del mal, me costaría, yo creo que es una mezcla, tiene parte de novela negra, policíaca, suspense, incluso de misterio (teniendo en cuenta que una novela de misterio "es una narración donde el lector y el protagonista van descubriendo unas pistas para solucionar un puzzle que termina por develar la identidad del criminal").
La narración es en tercera persona, alternando pasado y presente. Los personajes, tanto principales como secundarios tienen su importancia y su papel a lo largo de la trama, todos con una personalidad muy marcada, hasta el punto de transmitir al lector, por lo menos en mi caso, emociones. Gabriel, transmite culpa, el novio me provocó desconfianza, la propia víctima me provocó muy poca empatía. Hasta ese punto llega la construcción de los personajes, esa habilidad para hacer que transmitan sensaciones al lector me pareció algo sorprendente y muy interesante.
La trama, se desarrolla con lentitud, paso a paso, cada situación, cada pista, cada acontecimiento tiene su momento, pero eso no hace que la lectura sea pesada, todo lo contrario, la tensión se mantiene de principio a fin, cosa que no me parece fácil de lograr. Supongo que influye mucho el hecho de que para mí la historia es muy visual, de alguna manera eres capaz de imaginar todo lo que sucede en Niebla.
Una parte muy importante de la historia está relacionada con la evolución del ser humano, algunas veces, mientras lees los comentarios filosóficos o históricos que se entremezclan con la trama te preguntas si, realmente hemos perdido esa parte "animal" de nuestros antepasados, o simplemente está escondida dentro de nosotros?, supongo que cada persona que lea La Huella del mal tendrá su propia opinión.
Un libro me engancha cuando es el conjunto perfecto entre documentación y una buena historia bien hilada, y en este caso, ambas partes encajan a la perfección. Supongo, que la tarea de recopilar documentación no fue ni fácil ni rápida, después de todo, este libro tiene muchas partes; histórica, filosófica, policial, incluso la geográfica, ya que la trama se centra sitios muy concretos, descritos con mucho detalle.
Que mas os puedo decir de este libro, sabéis de esas veces que un libro te engancha, pero no quieres ir rápido para que no termine, porque lo estás disfrutando tanto, que luego cualquier otro libro que leas después, se quedará en nada?, eso me pasó a mí con este libro, Manuel Ríos San Martín me tiene ganada, con La Huella del Mal. Por cierto, el final, ni me lo esperaba.