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[Opinión] Doctor Who regresa apelando al fanservice

Publicado el 27 agosto 2014 por Despiram @FrikArteWeb

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[Opinión] Doctor Who regresa apelando al fanservice


Alberto Galisteo 27 agosto, 2014 0 [Opinión] Doctor Who regresa apelando al fanservice

Después del decepcionante especial de Navidad en el que despedimos a Matt Smith, Doctor Who vuelve con nuevo protagonista, Peter Capaldi. El primer capítulo de esta octava temporada, Deep Breath, está escrito por Steven Moffat, showrunner de la serie, quien parece más preocupado de rendir tributo a los fans que de contar una historia.

El episodio comienza con un Tiranosaurio en mitad del Londres victoriano, con Madame Vestra, Jenny y Strax entre los testigos. El dinosaurio se ha atragantado con algo y finalmente logra escupirlo: la TARDIS, que se había quedado atascada en su garganta y por culpa de ello ha acabado viajando en el tiempo. De la máquina del tiempo sale un desorientado y confuso Doctor, cuyo cerebro aún no parece funcionar demasiado bien.

[Opinión] Doctor Who regresa apelando al fanservice

Invasion of the Dinosaurs, 1974.

La imagen del dinosaurio en Londres recordará a algunos fans de la vieja serie a Invasion of the Dinosaurs, protagonizada por el Tercer Doctor. No es la única referencia al pasado: hay, entre otras cosas, un chiste referente al Cuarto Doctor y la trama del episodio está conectada directamente a The Girl in the Fireplace, capítulo del Décimo Doctor escrito por el propio Moffat. Por otro lado, y como ya se había anunciado, el hecho de que Peter Capaldi sea el rostro del Doctor parece que va a tener un sentido concreto en la trama. No olvidemos que Capaldi ya había interpretado con anterioridad a dos personajes del universo de Doctor Who: Caecilius en The Fires of Pompeii (también con el Décimo Doctor) y John Frobisher en el spin-off Torchwood. Aparentemente, quieren justificar la elección de Capaldi de alguna forma.

Una elección, de hecho, muy acertada. Capaldi es un magnífico actor, fan de la serie desde que era niño, y que, aunque puede dar el perfecto perfil para el tono oscuro que parecen estar buscando, también sería muy divertido verlo en la línea excéntrica y luminosa de otras encarnaciones del personaje. El hecho de querer justificarlo es otra historia. No es el primer actor con diversos papeles en el universo Doctor Who (Freema Agyeman, Karen Gillian, Eve Myles y hasta Colin Baker, el Sexto Doctor), pero no todos han justificado que dos personajes tengan la misma cara y, los que lo han hecho, se han limitado a un comentario que explicaba que eran parientes. Es algo, en realidad, innecesario; cualquier seguidor de una serie como Doctor Who es capaz de extender el pacto con el espectador hasta ese punto.

Claro, que por ser una serie tan flexible, hay que tener especial cuidado. Una cosa es algo referente al casting, otra muy diferente tergiversar la mitología de la serie y sus personajes. En el caso de Clara, por ejemplo, nos encontramos ante un personaje irreconocible en este nuevo episodio. Ella, que ha visto a todas las anteriores encarnaciones del Doctor, algunas incluso al mismo tiempo, parece llevar especialmente mal la regeneración. ¿Por qué? Simplemente porque Moffat quiere tratar a Clara como un reflejo de lo que él cree que siente el fandom. Lo cual está bien, a priori, las companions suelen servir como reflejo del público. Pero no hay que olvidar que siguen teniendo su propia personalidad y su propia historia, no se debe echar por la borda todo lo construido con anterioridad sólo para hacer un guiño a la audiencia. Una audiencia que, por otro lado y por mucho que eche de menos a Matt Smith, ya había aceptado a Peter Capaldi antes incluso de su primera aparición como el Doctor; para comprobarlo, bastaba con acercarse a las miles de páginas de fans que hay por Internet.

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El personaje de Capaldi en The Fires of Pompeii robaba la TARDIS al Doctor. Los chistes sobre esto que hay ahora en Internet no tienen fin.

Al mismo tiempo, a base de hacer pequeñas bromas está minando los pilares más básicos de la serie. Un chiste sobre el Doctor hablando “bebé” es simpático, insistir en la misma idea y acabar confirmando que habla hasta “dinosaurio” es rizar demasiado el rizo pues, si es un idioma, ¿no debería traducirlo la TARDIS? No es la primera vez que ocurre algo así, el propio Décimo Doctor aparecía hablando en otro idioma con un Judoon, pero precisamente la repetición de los mismos errores lo hace todo peor.

Algo similar ocurre en este episodio con la obstinación de caracterizar a este nuevo Doctor como escocés, dicho explícitamente durante el episodio. Ya se bromeó en el piloto de la nueva serie sobre el Noveno Doctor teniendo acento del Norte, con su famosa réplica “muchos planetas tienen un Norte”. Hasta ahí bien, es honesto y divertido señalar con el dedo lo absurdo de algunas cosas. Y se hace de manera vaga, diciendo simplemente “el Norte”. Pero, una vez más, cuando este nuevo Doctor afirma que ahora es escocés y hace chistes estereotipados sobre ese país, estamos ante un descuido de los detalles, lo que en buena medida lleva una historia a la brillantez o la mediocridad. El Doctor probablemente no hable en inglés. Para eso está la TARDIS. Es inevitable y lógico que tenga un acento particular, pero situarlo en un lugar geográfico específico de la Tierra tiene más importancia de la que pueda parecer en la coherencia interna del relato. En conjunto, nos encontramos ante muchos intentos de querer ser simpático y gracioso por parte del guionista que acaban delatando la poca atención que pone a la historia en sí.

Todo esto se suma a otros problemas del capítulo. Madame Vastra y Jenny parece que tienen poco que aportar aparte de ser una pareja homosexual. Hace falta mucho más que eso para hacer interesantes a unos personajes, especialmente si son tan recurrentes como éstos. Se supone que son algo así como Sherlock Holmes y John Watson, pero lo único que hacen es esperar a que el Doctor resuelva las cosas. A pesar de todo, aportan algo más que Strax, cuya autoparodia se agota por momentos. La duración del capítulo le hace un flaco favor a Moffat, que acaba rellenando el tiempo extra con escenas excesivamente largas, algunas completamente prescindibles. La dirección de Ben Wheatly, nuevo en la serie, se mantiene apartada, sosa, como un testigo ajeno a lo que está ocurriendo.

Los guiños al espectador llegan al extremo en ese momento al final del capítulo, que no diré para no arruinarlo a nadie que aún no lo haya visto pero que aquellas personas que sí sabrán perfectamente de lo que hablo. Es emotivo, sí, pero una vez más vemos como Moffat necesita la referencia al pasado para sustentar su historia y como atiende más al fanservice que a su relato. En definitiva, el capítulo Deep Breath es más similar al primer borrador de un fan fiction que un guion profesional. Desde luego, nada que ver con aquel brillante guionista que en su momento ofreció algunos de los mejores capítulos del show, como The Empty Child-The Doctor Dances, Blink o Silence in the Library-Forest of the Dead.

Para bien y para mal, Doctor Who tiene una característica muy parecida al cómic de superhéroes mainstream: va por épocas. Y lo mejor de todo: va según gustos. Aunque estáis acabando de leer una feroz crítica y hay multitud de detractores de Moffat, también hay muchos que aplauden su trabajo. Después de él llegará alguien diferente al puesto de showrunner que dará su propia versión de este quijotesco héroe, que encantará unos, gustará sin más a otros y odiarán otros cuantos; así, el ciclo se repetirá, esperemos, una y otra vez durante muchos años.

[pinit]
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ETIQUETAS » Deep Breath, doctor who, Peter Capaldi, PortadaOK, steven moffat Escrito en » Críticas, Opinión, SERIES

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