Permanecer tantos días en casa podría ser una buena ocasión para replantearnos muchas aspectos y variar el orden de prioridades de muchas cosas que hasta ahora consideramos imprescindibles.
Optimismo
Podríamos definir el optimismo como la predisposición innata a percibir las contingencias de la vida contemplándolas desde su aspecto más favorable. Así, la actitud optimista actuaría como un catalizador que moldeara nuestras percepciones confiriéndole más fuerza a nuestra conducta.
No obstante, a lo largo de la vida hay circunstancias en las que ciertos acontecimientos pueden arrebatarnos el optimismo y sumirnos en un estado de desesperanza. Algo que estará sucediéndole a quienes no gestionen adecuadamente el confinamiento en sus hogares impuesto por la cuarentena, una situación traumática que, en algunos aspectos, se asemeja psicológicamente a un secuestro y puede llevarnos a situaciones emocionales complicadas por ser nuevas y desconocidas para nosotros.
Sobrevivir a la cuarentena siendo optimistas
A fin de sobrevivir a la cuarentena con un talante lo más optimista posible, deberíamos ser capaces de identificar todas las fases que se atraviesan durante un confinamiento como el que vivimos. Esta fases van desde el enfado, la rabia y la sorpresa inicial, a la negación y más tarde la aceptación, fases que no necesariamente aparecen de un modo correlativo, pues pueden solaparse y de hecho hasta experimentarse todas en el mismo día.
Actualmente no sabemos a ciencia cierta cuánto va a durar esta cuarentena, aunque todo apunta a que se ampliará a dos semanas más de las inicialmente previstas, circunstancia que nos impide hacer planificaciones a largo plazo y nos obliga a vivir casi día a día. Es conveniente hacernos a la idea ya que, cuanto más ponto lo hagamos, más fácil nos será adaptarnos.
Lo bueno de lo malo
Pero, como todo tiene su lado bueno, permanecer tantos días en casa podría ser una buena ocasión para replantearnos muchas aspectos y variar el orden de prioridades de muchas cosas que hasta ahora consideramos imprescindibles en una sociedad globalizada en la que nos es posible desplazarnos de un país a otro pagado muy pocos euros por un billete de avión. Exigimos tenerlo todo de inmediato, sin esperas. Estamos hiperconectados, y hemos caído en las redes de un consumismo capitalista muy placentero pero no exento de peligros. Es por ello que este frenazo en seco que de pronto han dado nuestras vidas, puede servir para cuestionarnos mucho de lo que hasta ahora ha sido nuestra forma de ser y estar. Pensémoslo bien ya que estamos aun a tiempo de aprovechar este descanso impuesto y obtener de él conclusiones beneficiosas.
No tengamos la menor duda de que esto pasará, y puede que a lo largo del verano no sea más que un recuerdo. Pero sin duda, en nuestras vidas habrá un antes y un después tras este inesperado confinamiento, y si somos capaces de reflexionar y sacar conclusiones positivas de esta experiencia, el día que podamos salir a la calle sin mascarilla ni restricciones, lo haremos con una lección aprendida y seremos socialmente más comprometidos, más concienciados, más solidarios y personalmente más fuertes, menos egoístas y hasta incluso mejores personas.
Clotilde Sarrió – Terapia Gestalt Valencia
Dr. Alberto Soler Montagud – Psiquiatría Privada
Este artículo está escrito por Clotilde Sarrió Arnandis y Alberto Soler Montagud y se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 EspañaImagen: Pexels