Esta obra cuenta con una de mis parejas favoritas dentro del mundo literario. La inteligente, ingeniosa, rebelde, divertida y un tanto orgullosa Elizabeth Bennet y el atractivo, honorable, perspicaz, arrogante y también orgulloso señor Fitzwilliam Darcy. Me enganchó desde el primer momento su historia de idas y venidas, de desplantes e ironías. Me encantaron todas y cada una de las conversaciones mantenidas por los dos protagonistas por su agudeza e impecable manejo de la sátira. Lo claro del flirteo en todo momento, así como las afiladas pullas que se lanzaban el uno al otro y el juego de palabras en sus diferentes encuentros. Me gusta lo bien llevada que está la historia y cómo se ve la evolución de sus sentimientos a lo largo del libro.
El texto relata la obsesión de una madre de 5 jóvenes en la Inglaterra del siglo XVIII, por conseguir un partido adecuado para cada una de ellas, ante la imposibilidad de heredar la casa en la que viven a la muerte de su padre en un futuro. Las leyes de la Inglaterra Victoriana legaban al pariente de sangre varón más cercano la posesión de todos los bienes, en este caso a un pomposo, fatuo e indiscreto clérigo sobrino de los Bennet: Guillermo Collins.
El pueblo se verá alterado por la llegada del señor Bingley, joven, soltero, rico y bien posicionado, al que todas las muchachas de la campiña lucharán por conquistar. El apuesto y dulce señor Bingley vendrá acompañado por su antítesis, el nada simpático y arrogante aristócrata señor Darcy, que luchará contra su propia voluntad para no enamorarse de la que considera inferior a él debido a su posición social: Elisabeth Bennet.El orgullo y la distancia social, la astucia y la hipocresía, los malentendidos y los juicios apresurados definen la relación de los dos protagonistas. Orgullo y Prejuicio, estás dos características que se reflejan en ambos personajes del libro, sin que necesariamente se correspondan uno a uno sino mas bien dos a dos. Jane Austen retrata con precisión e ironía las costumbres de una época, la hipocresía imperante y la necesidad de conservar un determinado status quo. Reproduce con rigor una sociedad clasista tan contradictoria como absurda.Una obra satírica, romántica, profunda y mordaz a un tiempo. No puedo estar menos de acuerdo con la gente que la califica de antirromántica cuando existe una historia de amor tan cultivada dentro de la misma y cuando, como ya he dicho, narra una de las relaciones que más me gustan dentro de la literatura clásica. Con diálogos perfectamente escritos y vueltas de tuerca originales para su época, debo decir que su lectura me resultó sencilla y amena. Creo que esto se debe a la introducción de diálogos directos en la narración y a que no se pierde para nada en descripciones exhaustivas de entornos ni situaciones. Es un libro inmediato y claro, que te dibuja cada momento paso por paso sin perderse por el camino. Un ejemplar muy entretenido, con toques de humor y romanticismo.PUNTUACIÓN: