Revista Coaching
Hola bonicas y bonicos!
Aprovechando que se acerca la recta final de la universidad y vivo inmersa en los extraños y agradables mundos del arte, os voy a hablar de un autor que recientemente fui a ver, el fotógrafo Ori Gersht, cuya obra estaba exhibida en el Caixaforum
de Barcelona( en colaboración con la National Gallery de Londres),, dentro de la exposición “Seducidos por el arte. Pasado y presente de la
fotografía” un diálogo que muestra las influencias de la pintura del siglo XIX
en los primeros fotógrafos y cómo los fotógrafos contemporáneos parecen
revisitar aquel renacimiento artístico. Un total de 130 obras entre retratos,
desnudos y naturalezas muertas entre pinturas, videoarte y fotografías.
Allí, se podía ver tanto la obra de Blow Up en
fotografía como en vídeo, contrapuesto
con pinturas de bodegones y naturalezas muertas de autores clásicos del s. XVII
y XIX, aportando así mucho más contraste e impacto a la obra de Gersht.
Ori Gersht ( Tel Aviv, 1967) centra su obra en los horrores de la violencia, de guerra y muerte, transformándolos en algo bello, aportando una estética más placentera a algo que carece de todo tipo de sentimiento positivo. ¿Puede provocar belleza la violencia? Pues parece que sí, ya que el hecho de presenciar violencia hace que nuestro cuerpo genere domapina, substancia que proporciona placer, tal vez de manera leve, tal vez como una reminiscencia de nuestros instintos más primarios de animal cazador. Gersht trabaja en torno a la idea de las heridas de la historia, meditando sobre la vida misma, la pérdida, el destino y el azar que parece manejar los sucesos que nos guían en una u otra dirección, maridando todo en un diálogo entre violencia y belleza suspendiendo sus obras en el instante previo al caos, en ese silencio que antecede a lo grotesco. En su trabajo pueden encontrarse alusiones claras a la violencia de la Revolución Francesa, el bombardeo de Hiroshima, la Guerra Civil española y las bombas suicidas de las que Gersht fue testigo en las diversas guerras que sacudieron Israel y que marcaron de manera directa su infancia y obra logrando abstraer esos escenarios de su contexto local y convirtiéndolos en metáforas de un dolor universal. La vida es frágil y la obra de Gersht se encarga, con verdadera maestría, de recordárnoslo. Sus fotos y videos se nutren de la pintura: se apropian de la luz de Caravaggio, de la atmósfera de los paisajes del siglo XIX, de las naturalezas muertas del siglo XVII, adaptándolo a la fotografía, la tecnología y la percepción óptica de la que hoy en día disponemos.
Evaders (2009) Evaders(2009) es una serie de fotografías tomadas en los Pirineos, en la frontera entre Francia y España, lugar que fue testigo de la huida de muchos debido a la persecución Nazi durante la Segunda Guerra Mundial, entre ellos Walter Benjamin ( quién acabó suicidándose en Portbou al encontrar la frontera de España cerrada, viendo así su huida imposible) , haciendo con esta obra, un homenaje a la memoria intelectual y a la razón perdida que una guerra o un conflicto violento genera. Gersht recoge los pasos de Benjamin con una estética claramente influenciada por el romanticismo alemán, especialmente a los paisajes cargados de niebla y colores fríos, distantes y desoladores de Friedrich.
Pomegranate of Balance (2006) En Pomegranate of Balance (2006) hace uso visual de una recreación de un bodegón de Sanchez Cotán al cual dispara una bala a alta velocidad, captando la acción en cámara lenta al impactar con una granada en suspensión, estallando en pedazos haciendo una clara alusión con el juego de palabras “granada” entre la fruta y el arma, que hace estallar de la misma manera violenta, sangre y cuerpo, transformando así una imagen pacífica como es la de una naturaleza muerta en un derramamiento de sangre iniciando un diálogo entre quietud, movimiento, paz y violencia. De la misma manera que encontramos este diálogo en Pomegranate of Balance, Gersht lo utiliza en otras obras como en Falling Brid (2008) siguiendo la línea de pensamiento de los bodegones que acaban transformando su quietud en algo más violento. Estas dos obras, se encuentran tanto en soporte fotográfico como en vídeo.
Falling bird drown (2008)
Falling Bird Untitled 5 (2008) En ese mismo juego decadente y nostálgico que Gersht va repitiendo en su obra, encontramos Big Bang (2007-2012), Blow Up ( 2007-2012) y Time after Time (2006-2012) dos series en las que sigue trabajando y que pertenecen a un conjunto más complejo técnicamente de su obra, donde ese diálogo entre violencia y estética alcanza su punto más poético en explosiones de naturalezas muertas.
Blow up es una réplica de un jarrón lleno de flores del francés Henri Fantin-Latour, contemporáneo de los impresionistas, aunque más apegado al realismo. Gersht recrea ese jarrón, lo congela en nitrógeno líquido y lo adorna con pequeñas cargas explosivas que quedan ocultas a la vista del espectador, mientras una docena de cámaras toman fotografías a altas velocidades en el momento exacto de la explosión, congelando así el movimiento entre una niebla vaporosa y pequeños pedazos congelados de pétalos de flores volando por el aire. Así pues, en ese preciso momento, la naturaleza muerta parece estar más muerta que nunca, tal vez haciendo una alusión a la fragilidad de la vida y a la belleza trágica, deprimente y aterradora del caos, dejando un aura de descomposición y desconcierto. Time after time Untitled 15 (2007)
Blow Up Untitled 2 (2007)
Time after time Untitled 26 (2006)
Big Bang II (2007)
Ori Gersht ( Tel Aviv, 1967) centra su obra en los horrores de la violencia, de guerra y muerte, transformándolos en algo bello, aportando una estética más placentera a algo que carece de todo tipo de sentimiento positivo. ¿Puede provocar belleza la violencia? Pues parece que sí, ya que el hecho de presenciar violencia hace que nuestro cuerpo genere domapina, substancia que proporciona placer, tal vez de manera leve, tal vez como una reminiscencia de nuestros instintos más primarios de animal cazador. Gersht trabaja en torno a la idea de las heridas de la historia, meditando sobre la vida misma, la pérdida, el destino y el azar que parece manejar los sucesos que nos guían en una u otra dirección, maridando todo en un diálogo entre violencia y belleza suspendiendo sus obras en el instante previo al caos, en ese silencio que antecede a lo grotesco. En su trabajo pueden encontrarse alusiones claras a la violencia de la Revolución Francesa, el bombardeo de Hiroshima, la Guerra Civil española y las bombas suicidas de las que Gersht fue testigo en las diversas guerras que sacudieron Israel y que marcaron de manera directa su infancia y obra logrando abstraer esos escenarios de su contexto local y convirtiéndolos en metáforas de un dolor universal. La vida es frágil y la obra de Gersht se encarga, con verdadera maestría, de recordárnoslo. Sus fotos y videos se nutren de la pintura: se apropian de la luz de Caravaggio, de la atmósfera de los paisajes del siglo XIX, de las naturalezas muertas del siglo XVII, adaptándolo a la fotografía, la tecnología y la percepción óptica de la que hoy en día disponemos.
Evaders (2009) Evaders(2009) es una serie de fotografías tomadas en los Pirineos, en la frontera entre Francia y España, lugar que fue testigo de la huida de muchos debido a la persecución Nazi durante la Segunda Guerra Mundial, entre ellos Walter Benjamin ( quién acabó suicidándose en Portbou al encontrar la frontera de España cerrada, viendo así su huida imposible) , haciendo con esta obra, un homenaje a la memoria intelectual y a la razón perdida que una guerra o un conflicto violento genera. Gersht recoge los pasos de Benjamin con una estética claramente influenciada por el romanticismo alemán, especialmente a los paisajes cargados de niebla y colores fríos, distantes y desoladores de Friedrich.
Pomegranate of Balance (2006) En Pomegranate of Balance (2006) hace uso visual de una recreación de un bodegón de Sanchez Cotán al cual dispara una bala a alta velocidad, captando la acción en cámara lenta al impactar con una granada en suspensión, estallando en pedazos haciendo una clara alusión con el juego de palabras “granada” entre la fruta y el arma, que hace estallar de la misma manera violenta, sangre y cuerpo, transformando así una imagen pacífica como es la de una naturaleza muerta en un derramamiento de sangre iniciando un diálogo entre quietud, movimiento, paz y violencia. De la misma manera que encontramos este diálogo en Pomegranate of Balance, Gersht lo utiliza en otras obras como en Falling Brid (2008) siguiendo la línea de pensamiento de los bodegones que acaban transformando su quietud en algo más violento. Estas dos obras, se encuentran tanto en soporte fotográfico como en vídeo.
Falling bird drown (2008)
Falling Bird Untitled 5 (2008) En ese mismo juego decadente y nostálgico que Gersht va repitiendo en su obra, encontramos Big Bang (2007-2012), Blow Up ( 2007-2012) y Time after Time (2006-2012) dos series en las que sigue trabajando y que pertenecen a un conjunto más complejo técnicamente de su obra, donde ese diálogo entre violencia y estética alcanza su punto más poético en explosiones de naturalezas muertas.
Blow up es una réplica de un jarrón lleno de flores del francés Henri Fantin-Latour, contemporáneo de los impresionistas, aunque más apegado al realismo. Gersht recrea ese jarrón, lo congela en nitrógeno líquido y lo adorna con pequeñas cargas explosivas que quedan ocultas a la vista del espectador, mientras una docena de cámaras toman fotografías a altas velocidades en el momento exacto de la explosión, congelando así el movimiento entre una niebla vaporosa y pequeños pedazos congelados de pétalos de flores volando por el aire. Así pues, en ese preciso momento, la naturaleza muerta parece estar más muerta que nunca, tal vez haciendo una alusión a la fragilidad de la vida y a la belleza trágica, deprimente y aterradora del caos, dejando un aura de descomposición y desconcierto. Time after time Untitled 15 (2007)
Blow Up Untitled 2 (2007)
Time after time Untitled 26 (2006)
Big Bang II (2007)
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