Es la faceta que más me ha gustado de Inception, la de la relación de DiCaprio (Cobb) con su mujer Marion Cotillard (Mal), una relación tan oscura que el protagonista no puede abandonar en sus sueños. Esa sí es una idea, un virus, que se le mete a DiCaprio en todas partes hasta que cuando acaba la película puede ver la cara de sus hijos.
Origen es una buena película de ciencia ficción con buenas dosis de acción, pero de ahí a ser la obra superlativa que parte de la crítica quiere hacer ver creo que va un tramo. Una película no puede ser una obra maestra cuando sus protagonistas están explicándose en casi todo momento, y también a la sala de cine, qué están haciendo.
Los sueños grupales inducidos por sustancias conducen a lo que quiere en este caso el director, Nolan. No voy a criticar eso, porque es muy libre de llevar la película a dónde el quiere y además es ciencia ficción.
Pero sí opino que es criticable, en el sentido de no ser muy novedoso, la idea de equipo dirigido por un líder carismático, muy del estilo americano, y las magnánimas escenas de acción en diferentes escenarios, furgoneta que se cae por un puente –caída que por cierto dura casi media hora-, montaña nevada con castillo tipo Drácula, playas dónde naufragan los protagonistas, etc.
El argumento es bien conocido ya: extracción de ideas en los sueños por un especialista, sueños que alcanzan diversos niveles, hijo de empresario con los típicos problemas de aceptación por el padre, y, lo mejor para mí, relación de amor conflictiva con sentimientos de culpa por parte del ladrón que actúa en el subconsciente, DiCaprio.
Hay buenas ideas en esta película, no lo voy a negar, e imágenes que parecen oníricas, gracias, sobre todo, a los efectos especiales, pero como obra existencialista se queda corta, y creo que será recordada sobre todo como una especie de Matrix, una buena película de ciencia ficción, con buenas interpretaciones.