Revista España

Origen del nombre de algunas de nuestras calles

Por Fran Teran
ORIGEN DEL NOMBRE DE ALGUNAS DE NUESTRAS CALLES
Por: Francisco Javier Terán Reyes. Historiador Local.
Todo tiene un por qué y un origen. Las calles, nuestras calles no iban a ser menos. Cada rótulo que lleva una calle, plaza o plazoleta de Tarifa tiene su por qué, no están puestos por gusto. Detrás de cada nombre de nuestras calles hay una historia, una historia a veces local, que es la historia que los tarifeños debemos conocer, porque le da sentido e identidad propia En estas calles de aspecto morunos se esconden cientos y cientos de biografías anónimas que esperan ser descubiertas por el caminante.
Haciendo un imaginario recorrido turístico por nuestras calles podemos conocer el origen de nuestras calles. Comenzaremos desde la parroquia Mayor de San Mateo, actualmente es la parroquia más moderna de Tarifa que comenzó a construirse en el año 1528 a expensas del primer Marqués de Tarifa y Adelantado Mayor de Andalucía, don Fadrique Enríquez de Ribera. Este don Fadrique era hijo de don Per Enríquez y doña Catalina de Ribera. Pero ocurrió que los tarifeños le pusieron un pleito al marqués y le escribieron al rey Felipe II para que le quitara el señorío, lo que consiguieron. Entonces el marqués paralizó la obra de la parroquia, por lo que tuvieron que continuarla los tarifeños con mil apuros. Este es el motivo de su tardanza, pues se finalizó en 1555, aun cuando ya en 1539 se administraba sacramentos en ella.
La portada es de dos siglos después, ya que se hizo en 1778, gracias a un regidor o alcalde de aquella época llamado Isidro de Peralta y Roja. Éste mismo señor acometió las obras de reforma en la muralla que rodea la ciudad y aun existe una lápida en el torreón llamado de los Maderos que así lo certifica. Este torreón es el mismo que está junto al túnel del desagüe del arroyo del Angorrilla, también llamado arroyo de Papel, porque junto a él pudo encontrarse una fábrica de celulosa para hacer papel que se nutría de los eucaliptos sembrados en el Olivar. Y este Olivar era así llamado por los olivos que también hubo para producir aceite y que molturaban sus aceitunas en una almazara o molino de aceite.
Junto a esta parroquia mayor, están calles como Independencia, General Copons y Asedio, todas ellas en conmemoración al Sitio de Tarifa, cuando los franceses tenían sitiada la ciudad en 1811 hasta el 5 de enero de 1812, por lo que hay una placa conmemorativa en aquella parte de la muralla junto a donde se encuentra la Guardería Infantil.
Famosa plaza es la de los Perdones, se llamó Batalla del Salado; Plaza de Sagasta y últimamente plaza de Oviedo en homenaje al batallón de Oviedo; y el título de la Plaza del Perdón lo coge, porque cuando siglos atrás los reos o prisioneros que llegaban a unas cadenas que habían puestas, como en muchos sitios, por ejemplo en Sevilla, y las traspasaba, quedaban perdonado de cualquier delito que se le imputase. Ya por Privilegio de Alfonso XI de fecha 3 de Octubre de 1333 se concede a Tarifa el derecho de asilo. Esto era porque Tarifa al vivir cerca de los árabes y ante el temor de invasión, era necesario mucha gente para defenderla, así por medio de este privilegio se concedía el perdón de cualquier querella pasada, a todo aquél que viniese a Tarifa y permaneciese un año y un día. En ese mismo distrito existe el Barrio del Moral, que debe su nombre a un moral que había en una de sus casas.
Por ese mismo lugar está la calle de San Mateo, que es la misma que se llamó coronel Moscardó y que anteriormente tuvo el nombre de la calle Privilegios. Pienso yo que como homenaje a esos Privilegios concedidos por don Sancho IV el Bravo a nuestra ciudad. También allí cerquita se encuentra la calle obispo Calvo y Valero, que comunica con una placita coqueta que alberga las casas más antiguas registradas en Tarifa.
Hay calles que llevan una relación entre sí, como son la calle de la Cilla, por el almacén de la Cilla, que no era otra cosa que una cámara donde se recogían los granos de trigo y que permitía que esos granos, pasara por la calle de los Silos y del Peso; En la primera se almacenaban los granos del campo en grandes silos (de ahí su nombre) y de allí iban a parar al mercado donde debían de ser pesados. Curioso resulta que en una de las casas de la calle Peso, aun se conserva en una de sus vigas, el gancho del cual pendía la romana que pesaba el grano.
Otras calles nos recuerdan nombres de santos, de patrones, etc. Nuestra Señora de la Luz. Es la única calle de Tarifa que no ha cambiado de nomenclátor a través de los tiempos, siempre, con la monarquía, con la república, con la dictadura, ¡siempre, siempre fue Calle de la Luz!
Luego están las Calzadas, donde aparecen la famosa calzada de San Mateo, la de Solís; y la Calzada del Hospital., entre otras. Fue en el año 1863 cuando se le puso el nombre de Sancho IV, a una de éstas.
Allí mismo junto al Hospital existía la calle Luz Muñoz, hoy desaparecida por encontrarse dentro del recinto de la Residencia de Ancianos y que su nombre fue el de la calle Cuna, que tenía como principal misión recoger a los niños que eran abandonados.
Grandes Plazas tiene Tarifa, tal es el caso de la Plaza San Hiscio (uno de los tres patrones de Tarifa, junto con San Mateo y la Virgen de la Luz), siempre fue la plaza del Perulero. El Perulero era regidor de la ciudad, se llamaba don Juan Fernández Riofrío y era portugués de nacimiento. Indiano de Perú este señor trajo aves parlantes y exóticas de su país, tales como loros, cacatúas, etc. y con el sol colgaba esas aves en el callejón. Ello originó un gran trasiego de personas que acudían a ver el evento, ya que era digno de ver tal espectáculo de aves parlantes y colorido plumaje.
Muchas son las calles que he omitido por cuestión de espacio, pero no puedo dejar de citar las calles más antiguas de Tarifa, las cuales se encuentran en el Barrio de Aljaranda y en el Barrio de Almedina, tales como Amor de Dios; las tres caídas, amargura, de Jesús, todas, todas evocadora de un perfecto vía crucis, cual si se tratase de las calles laberínticas de Jerusalén. Porque hay que recordar que por allí, se encuentra la Iglesia de Santiago, la iglesia del Jesús, donde se daba culto a una de las tallas más famosas de Tarifa, me refiero a nuestro padre Jesús del Nazareno .Éste parecía ser custodiados por todos los marineros que allí vivían.
El resto de las calles, sobretodo, del Barrio Fuera, son más modernas, aun cuando existen, calles como la actual San José, que se llamó calle de la Tenería por una fábrica de curtido de pieles. O la actual calle Amador de los Ríos que fue Conde Niebla.
También hubo por allí la calle de la Paloma y las famosas casitas de Papel, llamada así diez números de esa vía porque en esos tiempos, al no poseer el ayuntamiento de dinero abultado, el arquitecto presentó la maqueta realizada en papel.
Otras calles más se cambiaron de nombre y desaparecieron. Y al hablar de desaparecer hubo calles que se perdieron invadidas por las edificaciones, por ejemplo el callejón del Borrico y otra que existió en la calle San Francisco, que hoy es un patio de vecinos junto a la famosa farmacia de Checa y que llegaba hasta el hospital de la Concepción, el llamado “Hospitalito”, que es donde estuvo el patio de Naranjo el fotógrafo.
Por último otra calle con solera que aunque estuvo cerrada pudo rescatarse, me refiero a la calle Pozo, llamada así por el pozo existente que se conserva en sus inmediaciones. Y la bonita y coqueta calle cerrada al vía pública llamada San Juan, ahí cerquita de la Ranita.
No pretendo despertar al tiempo con este breve recorrido, sino simplemente asomarme al balcón de su recuerdo.
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