Cuando se alimenta el odio, se crea una tempestad de tragedias.
Mi solidaridad con Oslo, con las familias de los asesinados por la intolerancia religiosa. Por descerebrados que se alimentan del fanatismo disfrazado de religión.
Ojalá todos esos fanáticos ultraloquesea de tiro rápido alcanzaran la diestra de su dios lo más rápido posible: el resto de la humanidad lo agradeceríamos.
Post relacionados: