Ya te conté aquí que una de las cosas que más definen la capital noruega es que está muy preparada para las familias y los niños. Por eso, hoy te cuento 7 planes imprescindibles para hacer en Oslo con niños, y todos low cost, y ya de paso te enseñamos más fotos de nuestras vacaciones, esas en las que nos marchamos con mucho dolor en nuestros corazones (ya sabes por qué), pero volvimos transformados.
(1) El parque VigelandLo pongo en primer lugar porque me impresionó tanto este enorme parque verde plagado de esculturas que simbolizan las fases de la vida, que se lo merece. Todas las obras que se encuentran por el parque son creaciones del escultor noruego Gustav Vigeland, desde ya, mi escultor favorito.Además de pasar un rato divertido admirando y comentando las esculturas tan impresionantes, hay kilómetros y kilómetros de césped y rincones de bosque, donde se puede hacer un picnic, rodar cuesta abajo haciendo croquetas (lo hicimos varias veces), buscar geocaches, y también jugar en sus parques infantiles enooormes, donde Sunflower se pasó horas (sin exagerar).El parque Vigeland está abierto 24 horas y por supuesto es gratuito.
(2) El museo del Folklore noruegoEste museo al aire libre está repleto de casas y construcciones típicas de todas las regiones de Noruega, como esas casas de madera tan peculiares con los tejados repletos de hierba.
Su capilla de madera construida en el año 1200, es su joya más preciada, pero es que todas las casas (más grandes, más pequeñas, para cosechas o animales,…) son para verlas, y por dentro, con los muebles y utensilios antiguos, son una maravilla.
Además hay granja con animales, y los niños pueden interactuar con ellos, y también espectáculos y exhibiciones de baile, música, cocina típica antigua, artesanía… durante todo el día. Por supuesto, todos los que trabajan allí van vestidos con trajes regionales y de época, así que si cierras los ojos un momento, al abrirlos parece que te hayas escapado a la casa de la pradera, ¡es tan auténtico!Lo pasamos genial en este museo. Además para ir hasta allí desde el centro de la ciudad hay que cruzar el fiordo de Oslo con el Ferry, que es de lo más divertido para hacerlo con niños.En este museo los niños hasta 6 años no pagan. (3) Ekebergsparken Este parque de esculturas al aire libre está en una pequeña colina, desde donde se divisan de las mejores vistas del sky line de Oslo. Además está repleto de esculturas contemporáneas maravillosas, como la que causó sensación en Instagram de Vigeland, llamada “Adoración”.Además tiene un circuito de equilibrio y escalada para los más pequeños, con tirolina incluida que está genial. Como lo teníamos a solo tres paradas de metro desde casa, fuimos algunas veces, sobre todo a final de la tarde, antes de cenar. Sunflower no quería irse de allí nunca, le encantaba. ¡Ya nos gustaría tener un parque así al lado de casa! ¡Qué maravilla! Nos tenemos que conformar con uno de asfalto y un par de columpios maltrechos. En fin…También es un parque abierto las 24 horas y gratuito, claro.(4) La galería NacionalFuimos a visitar el famoso cuadro “El grito” de Munch un domingo, y justamente en Oslo, ¡los domingos todos los museos son gratis!Disfrutamos mucho admirando todas las piezas y cuadros de todas las épocas artísticas. Sunflower se divirtió observando y comentando obras que le llamaban la atención.Lo que nos gustó especialmente para hacer con niños es una sala pública en la que puedes experimentar tu creatividad dibujando una escultura que colocan en el centro de la sala. Además te proporcionan todo el material necesario, ¡y un ambiente tan bohemio!F. y Sunflower hicieron sus creaciones con mucha concentración y totalmente entregados. Mira el resultado, ¿no es fantástico?
(5) El museo tecnológicoMuseo de ciencia, tecnología, industria, medicina y no sé cuántas cosas más. Es uno de los museos más interactivos que he visto nunca y nos gustó muchísimo, creo vale mucho la pena para ir con niños.Está lleno de espacios de experimentación y de juego, e incluso talleres para niños. Solo en la gran sala de bloques de madera para construir ya disfrutamos como nunca los tres juntos, intentando construir la torre más alta.
El espacio del planetario o de ciencia, de lo más interesantes y también la sala de las energías alternativas, donde puedes hacer volar helicópteros solares haciéndoles llegar la luz de focos, subirte en un avión antiguo y experimentar la sensación del vuelo con viento incluido,… Bueno, genial, muy divertido y educativo.Además el restaurante del museo es muy recomendable para familias, y muy bien de precio, y la tienda de juguetes ¡nos encantó! ¡Todo tan tecnológico y científico! Y un montón de materiales accesibles para jugar y disfrutar, entre ellos, las famosas piezas de construcción plus-plus que hemos descubierto en este viaje y que nos han gustado tanto.
(6) De excursión por las islas del Fiordo de OsloCon la tarjeta de transporte público de Oslo, te puedes mover libremente por la ciudad en metro, autobús, tranvía y ferry! El fiordo de Oslo está plagado de pequeñas islitas, que son reserva natural, y que puedes visitar cuando quieras, e incluso acampar allí o hacer barbacoas (creo que hacer barbacoas al aire libre es un deporte nacional en la época estival en Oslo, ¡hay barbacoas por todas partes!).El día que fuimos de excursión a las islas fue uno de los que más me cautivaron. La isla de Hovedöyapor ejemplo, cuando paseas por ella, es que parece un ¡bosque encantado! Es tan tan bonita, además se encuentran las ruinas de un antiquísimo monasterio, y es una gozada pasear por allí. También tiene playa, y aunque no nos bañamos (allí todo el mundo se baña con traje de neopreno!), sí que estuvimos buscando piedrecitas del fiordo, caracolas y otros tesoros para nuestra mesa de estación.(7) El museo del FramEl Fram es un barco polar impresionante, conocido por ser la nave más resistente del mundo, pues es la única que ha navegado por el Polo Norte y el Polo Sur, consiguiendo hacer las expediciones completas con éxito, todo esto a finales del s. XIX.El museo ha sido construido por encima del barco, por eso tiene esa forma triangular. Es una experiencia genial descubrir todos los rincones, camarotes, sala de máquinas, cocina que esconde el Fram, y las salas de exposición del museo, con los utensilios que utilizaban los exploradores, algunos animales disecados (esto a Sunflower la entristeció bastante, y la pobre se iba a consolar a los animales), e incluso una sala en la que se recrea la sensación que tenían los exploradores dentro del barco (¡cuánto frío y movimiento!) y también una simulación de la Aurora Boreal, nos gustó mucho el Fram.Otros planes con niños, que hicimos, pero que no nos convencieron tanto:El museo de los barcos vikingosAunque es impresionante ver estas tres embarcaciones tan grandes y antiguas, tan perfectas para navegar por mares helados, el museo es poco más que eso y para los niños pequeños al menos, nos pareció que no era demasiado interesante. HolmenkollenYa sé que esto es algo que no ves en España, el gran trampolín olímpico de salto de esquí, tan conocido en Oslo, pero bueno, entre que está bastante lejos de la ciudad, y que luego hay que subir un buen trecho cuesta arriba (a esto Sunflower se resisitió bastante) y que después no hay mucho más que ver, no nos valió mucho la pena el esfuerzo.Por suerte, a la bajada, encontramos un pequeño bosque donde ¡había dos trolls!, y un parque genial, eso sí. Lo bueno de Oslo es que te encuentras parques increíbles, integrados perfectamente en la naturaleza, en los sitios más inesperados.Mucho me temo que mis publicaciones sobre Oslo no se acaban aquí, todavía me apetece enseñarte nuestra casa de intercambio en Oslo (tan pequeñita y funcional) y otro post más personal, con lo mejor del viaje. Próximamente… ;-)
Y ¿qué te ha parecido? ¿Apetece o no apetece escaparse a Oslo unos días en familia?
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