Estoy teniendo serias dudas sobre el origen de una canción de Julio Iglesias, aquella cuya estrofa comienza por “…tropecé de nuevo con la misma piedra”, porque me parece que su compositor o es prieguense o lleva sangre de esta bendita tierra en sus venas y es por tanto perfecto conocedor de ese espíritu indolente que nos caracteriza, por mucho que nos quieran vender otras milongas. De otra manera, no entiendo la nueva “bacalá” taurina que ayer vivimos en Las Canteras.
Parece que no tuvimos bastante con el bochorno ganadero de la reapertura de la remozada plaza de toros, ya con 119 años de historia desde el pasado 7 de agosto, que ayer, 3 de septiembre, otrora día grande de la Feria Real, presenciamos otro episodio vergonzante y vergonzoso, indigno de la categoría que una localidad como Priego y, de manera especial, de lo que su afición se merece.
Esta “bacalá” sería casi anecdótica si en la presentación de los carteles no se hubiera insistido tanto por la empresa y por el propio Ayuntamiento, en la calidad del ganado y en la presencia de un diestro de la parte alta del escalafón, que daría lustre y relumbrón al cartel, algo de lo que hablaremos luego.
Centrémonos ahora en el encierro de Jaralta lidiado ayer. El lunes 22 de agosto, en la presentación de los carteles escuchamos de boca del empresario frases tan gráficas como: “el toro es la materia prima de la Fiesta”; “Priego tiene que tener otro tipo de corrida de toros diferente a la de la reinauguración, porque tenemos que empezar a respetar al toro”; o tal vez una que nos hizo la boca agua: “vamos a traer una corrida digna, con la que los espectadores salgan de la plaza diciendo que allí ha habido una corrida de toros”. Seguramente, muchos recordarán el “corridón” de Ramón Sánchez lidiado en la plaza portátil en el año 2009, y yo fui uno de los primeros que, al menos, en el tema del ganado, tenía muchas esperanzas, sobre todo después de que el señor Forcada indicara en una rueda de prensa, que los toros habían sido vistos por una especie de “veedor” municipal, para más señas concejal del PA, que había dado su aprobación al encierro reseñado.
Claro, con estos precedentes, cuando ayer por la mañana fui al sorteo y pude ver desde la parte superior del tendido de Sol los toros que se lidiarían varias horas después, la decepción en cuanto a la presentación fue mayúscula. Animales anovillados, algunos de feas hechuras, “carivacados”, escurridos de kilos a más no poder y con unas defensas más que “presuntamente” manipuladas. Sólo había que verles los desollones que cuatro de ellos presentaban en la frente, causados no precisamente por peleas como comentaba un aficionado, cortito de vista el hombre. El cajón de curas, que también hace las veces de barbería en algunos casos, pudo ser el responsable de estas señales inequívocas de que la presunta manipulación se había producido. Y ante estos indicios, el equipo veterinario no dijo ni mú (para que buscarse problemas), y el presidente pues a lo suyo, vayamos a que se liara la mundial. Con semejantes argumentos, el empresario quedaba como un pelele en su aireada defensa del toro íntegro, de ese que se merecía la plaza de Priego, y del veedor municipal, para qué hablar, aunque el hombre estaba por la mañana en los corrales en su salsa, satisfecho por las “raspas” que él mismo había recomendado. Lo siento Pepe, te tengo mucho aprecio, pero la has cagado de lleno…
Menos mal que luego, en el ruedo, los dos toros para rejones, el segundo más que el primero, dieron el pego, y sobre todo cuatro de lidia ordinaria, con sus deficitaria presentación ya comentada, tuvieron mucha nobleza y posibilitaron el lucimiento de Moreno y Bautista, lo que sin lugar a dudas pueda restar importancia a esa paupérrima presentación del ganado, que todo hay que decirlo, no fue ni protestada por el público…, “tropecé de nuevo con la misma piedra…”.
Junto al apartado ganadero, la otra sorpresa, aunque ésta no tanto, fue la ausencia de Daniel Luque, que curiosamente el día anterior, según el portal Mundotoro, había actuado en Motilla del Palancar provocándose una luxación en el codo izquierdo cuando entraba a matar, y que también, curiosidades de la vida, sustituye hoy, 4 de septiembre, a Alejandro Talavante en Bayona. Está visto que las curas milagrosas existen y que la susodicha luxación, de la que en Priego no se exhibió parte médico por parte de la empresa, ha mejorado de manera notoria, ya que hoy hará el paseíllo en Francia con total normalidad. Con Luque fuera del cartel, la cosa empezaba a hacer aguas por todos lados, y el caché que el sevillano daba a la cita de Priego se fue como agua de borrajas. El mismo día 2 se contrataba al francés Juan Bautista, que como reflejaba en su web, esa misma noche partía de Arlés en dirección a Priego, por lo que o Luque dijo que no a Priego antes de lesionarse en Motilla del Palancar, o las gestiones se realizaron a la velocidad del rayo. Me decanto más por la primera opción, sobre todo por los comentarios que circulan en determinados portales, algunos con argumentos de cierto peso, sobre todo los relacionados con el tema económico y los emolumentos que debía recibir Luque y que no estaban en absoluto garantizados.
Afortunadamente, Bautista fue uno de los triunfadores rotundos de la tarde, así que no se echó en falta a Luque, o al menos, un servidor disfrutó con las faenas del francés, y también y mucho, con las de José Luis Moreno, otro que según un edil del Equipo de Gobierno que para más inri ha sido el responsable directo de todo el galimatías que hemos vivido este el verano con la adjudicación de la empresa, “ya no tiene tirón popular y no dice nada”. Sin comentarios. Lo siento por ti Miguel, pero ya te habrás dado cuenta de que este mundillo tiene sus cosas y no es tan fácil como escribir de él “a toro pasado”.
En definitiva y a la espera de la novillada prevista para mañana, la primera nos la han dado en la frente, al menos en lo que a la presentación del ganado se refiere, así como en la presencia de un matador que actualmente está triunfando en todas la ferias del suelo patrio. Cruzaremos los dedos para que en la novillada de mañana la cosa cambie o tendremos que recurrir otra vez a la cancioncilla de Julio Iglesias, esa de la piedra en la que una vez tras otra, los prieguenses tropezamos, tropezamos y volvemos a tropezar y encima, lo que es más preocupante, nos da gustillo.