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¿Otra derrota? ¡Entrenadores/as que no cunda el pánico!

Publicado el 06 diciembre 2014 por Ivan Ivan Pernia @IvanPernia9

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Son numerosas las ocasiones en las que a una gran mayoría de los que componen un determinado entorno deportivo, no les entra en la cabeza que su equipo altamente preparado haya podido perder una competición. Toda una realidad que evidentemente no pasa desapercibida: no estamos educados para aceptar la derrota. era implícita y forzosa aceptar que podemos perder.

En el deporte siempre se compite y no necesariamente contra otros. Podemos competir contra nosotros mismos cuando queremos superar nuestras marcas o podemos competir contrarreloj pero, en cualquier caso, competir también implica aceptar que no todo depende de uno mismo o este caso, del equipo en su conjunto, y que a veces, las circunstancias no nos son precisamente favorables.

Este primer trabajo comprensivo debe transmitirlo el/la entrenador/a: las derrotas pueden ser una excelente oportunidad de desarrollo y mejora. Son inevitables, forman parte inevitable del juego y lo ideal sería tomarlas otorgarles la misma relevancia, en cuanto a lo que análisis de resultados se refiere, que a las victorias. Una segunda tarea por parte de quién dirige debe ser analizar qué parte de una derrota ha sido controlable y cuál no, ya que esto permitir tomar las decisiones correctas sobre qué aspectos se pueden y deben modificar o adaptar. En este punto es fundamental tener en cuenta que las derrotas, al suponer un estímulo nada agradable están cargadas de emocionalidad por lo que, en determinadas ocasiones puede traducirse en una situación de bloqueo que puede llegar a afectar de manera negativa a la toma de decisiones.

las derrotas pueden ser una excelente oportunidad de desarrollo y mejora. Son inevitables, forman parte inevitable del juego y lo ideal sería tomarlas otorgarles la misma relevancia, en cuanto a lo que análisis de resultados se refiere, que a las victorias

Esta es la situación: tu equipo lleva varias jornadas perdiendo y temes que empiece a hundirse la moral ¿Qué puedes hacer al respecto? ¡Que no cunda el pánico! Es posible extraer un sentido positivo a esos partidos “perdidos” que además contribuirán a la mejora del equipo como un todo. Así pues, gestionar las derrotas permitirá:

  • Aprender hasta qué punto unos dependen de otros dentro del equipo. No pierde un solo componente, sino el conjunto de jugadores por lo tanto es una excelente ocasión para resaltar la importancia de la interacción y la interdependencia. Con ello podréis prevenir que los malos resultados se traduzcan en una disgregación grupal dónde empiecen a surgir individualidades y también, evitaréis que se atribuya la responsabilidad de perder solo a uno o varios deportistas y se atribuya al factor grupal o colectivo.
  • Aprender en qué grado es importante la relación de interdependencia entre jugadores/as y entrenador/a. En este punto, en el que todos/as buscan en su propio “yo” algo a lo que atribuir su derrota, es fundamental hacer ver a los/as deportistas que el trabajo individual siempre será importante sin lugar a dudas, pero que bajo ninguna premisa será suficiente para lograr el 100% del rendimiento colectivo, ni siquiera para perseguirlo.
  • Finalmente tendréis que hacer un pequeño esfuerzo y contagiar a vuestro grupo, tendréis que conseguir convertir la siguiente competición en un todo un reto positivo. Un reto en el que todos y cada uno de los miembros del grupo crean en esa necesidad de interdependencia de tal manera que puedan expresar al máximo sus capacidades en vistas acercarse todo lo posible al mejor rendimiento colectivo.

derrotaSin duda alguna, será de especial importancia “dar caña” a esos aspectos técnicos o tácticos en los que nuestro equipo ha fallado y que han podido contribuir a perder la competición para que estos no vuelvan a tener cabida en la próxima actuación. Sin embargo, no podemos dejar en el olvido aquellos aspectos más psicológicos que envuelven al grupo. Por tanto, será primordial aprovechar estos momentos de “mala racha” para potenciar al máximo la cohesión, las relaciones interpersonales y el sentimiento de confianza, pertenencia e interdependencia grupal por ejemplo mediante actividades extradeportivas juntos, dinámicas de grupo, establecimiento de nuevos objetivos grupales acordados entre todos; incluso hoy día, los grupos de whatsapp pueden ser una excusa perfecta para este fin.

Ya lo decía Phil Jackson: “los buenos equipos se convierten en grandes cuando sus miembros confían unos en otros tanto como para rendir el “mi” por “nosotros”. Y ya os lo digo yo: pocos sentimientos se equiparan al de hacerse grande ante la adversidad, y mejor aún si se crece en equipo. Eso que dicen de que el todo es mayor que la suma de sus partes. Pues eso.

“los buenos equipos se convierten en grandes cuando sus miembros confían unos en otros tanto como para rendir el “mi” por “nosotros”

Cristina Ortíz (@cristifroggy)

Cristina Ortíz (@cristifroggy)

Dar las gracias a nuestra nueva colaboradora Cristina Ortíz (@cristifroggy), Graduada en Psicología y Máster en Psicología Deportiva y que actualmente forma parte del cuerpo técnico del Club Deportivo La Palma Fútbol Sala, quién nos ha regalado este magnífico artículo. Podéis ver muchos mas artículos de Cristina Ortíz sobre psicología del deporte y la actividad física en su blog “Más allá de lo que no vemos”, pinchando aquí.


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