Entrevista a Carlos Braverman
Conocí a Carlos Braverman a través de las redes sociales, poco a poco hemos ido tejiendo una cierta complicidad a través de correos, facebook, e incluso hemos hablado por teléfono. Él es argentino de nacimiento, habla castellano obviamente, y vive en estos momentos en Israel, donde milita en la izquierda pacifista. Le propuse hacerle una entrevista virtual y aquí está.
- ¿Cómo llegastes a Israel?
Bien Paco, tu primer pregunta es oportuna, siempre es bueno comenzar por el principio. A los 15 años de edad en Buenos Aires, ingresé al movimiento juvenil Hashomer Hatzair, significa La Joven Guardia, es de ideología sionista socialista y orientado por el entonces Partido Socialista de Israel MAPAM (Partido Obrero Unificado), hoy Meretz. De base ideológica Kibutziana, su propuesta es un judaísmo laico y entender que el Pueblo Judío necesitaba un espacio territorial con un estado, pero al mismo tiempo, desde su componente socialista, compartir con los colectivos similares las aspiraciones por una sociedad distinta y desde perspectivas socialistas marxistas, hermanarse con las amplias mayorías que en todo tiempo y lugar buscan espacios de justicia y esperanza. Fue un desafío importante, aprendí con las lecturas de Borojov, teórico sionista que aportó al marxismo universal con su obra la Cuestión Nacional y Lucha de Clases, cómo se combina la lucha por un mundo mejor y una sociedad diferente con la identidad propia en un contexto de internacionalismo desde lo nacional, su obra es utilizada hoy en Bolivia en relación a los colectivos indígenas. Leíamos autores como Albert Memmi, Franz Fanon y Paulo Freire, éramos amplios en ese sentido y aprendíamos el desafío de pensar más allá de dogmas y a tomar el gusto por ese coraje de transformar que te marca y te acompaña luego por siempre.
- La imagen que se proyecta de Israel es la de un país que invade permanentemente los territorios de Palestina, al que masacra por la fuerza de las armas y con el apoyo de EE.UU. ¿qué tendrías que decir a este respecto?
Llegas a Israel y con el tiempo eres un ciudadano más del país, ya un poco lejos de esos esquemas teóricos e inmerso en una realidad concreta de un país normal y ves que en él conviven otros ciudadanos perteneciente a colectivos no judíos. Israel es una sociedad muy segmentada en relación a ese aspecto, te diré que en términos de Habermas cuando menciona el espacio público, como un espacio simbólico, con el entrecruzamiento de múltiples discursos y organizador de un imaginario colectivo, en nuestra sociedad ese espacio es muy reducido. Los distintos grupos culturales, étnicos, sociales y religiosos son como compartimentos muy estancos. La organización jurídica del estado, carente de constitución, basada en Leyes Básicas con la necesidad de legislar continuamente sobre excepciones, hacen que una tarea importante del trabajo por la democracia sean los derechos civiles garantizando justicia distributiva y equidad, no discriminación de hecho, aún sin el propósito de incurrir en ella. Desde la tarea de los derechos civiles, buscamos la ecuanimidad, el respeto y el entendimiento de la diversidad, favorecer y lograr que el ciudadano acceda al beneficio del derecho cuando un agujero jurídico en un sistema legal no concluido, pueda desfavorecer a una persona específica o a un determinado colectivo. Es así que los programas de coexistencia, las propuestas de multiculturalismo y el afán con ello de caminar en sentido inverso a la desagregación de la sociedad y por el contrario, plantear la integración y participación desde la pluralidad y la diversidad, fue y es, uno de mis trabajos políticos preferidos. Siempre lograr que la legitimización en la sociedad civil se corresponda con la normativización jurídica, que es otra parte de nuestra lucha. Pero acá viene a bien un comentario Paco, fíjate, poco a poco vas cambiando sin dejar el sionismo hacia lo que puede llamarse el postsionismo estructural, tu preocupación ya es como israelí, como alguien que busca un Israel para todos los israelíes, sin exclusiones, con criterio inclusivo y como ciudadano del mundo desde este país. Desde ahí es inobjetable un nuevo desafío, que es revisar el hecho que Israel sea un estado Judío y Democrático, muy lejos de plantear que lo judío no es democrático, pero imponer el canon judío a la democracia, es limitar su alcance. Este desafío es un desafío mayor hoy en día, pensar un nuevo esquema para nuestra sociedad es prioritario para su salud democrática. Yo soy judío e israelí, mis propuestas iniciales no las abandoné, pero transito este postsionismo, pues lo entiendo necesario para que mi país sea mucho más justo y con una democracia lo más amplia posible.
Entremos Paco a la imagen que Israel brinda y te contaré algo anecdótico. Caminábamos mi esposa Graciela y yo por el Retiro en Madrid en compañía de Farid Othman Bentria y Jaume D’Urgell, cuando éste dijo algo genial y chispeante como es su costumbre: los ejércitos no son precisamente una ONG. Ahí te puedo decir que ni el Ejército de Israel, la OLP, Hamás e Hizballah efectivamente lo son. Cada uno de ellos tienen las manos ensangrentadas y bien manchadas de sangre, no hablemos de la capacidad para apilar cadáveres y desgraciadamente con un alto número de civiles, no nos engañemos, en estas guerras asimétricas la mayor cantidad de víctimas son civiles y no se puede hablar de códigos. La Intifada II, arrojó en el periodo 2000-2008: 8000 víctimas israelíes, de ellas 1000 fatales y unas 4000 palestinas con aproximadamente el 8% de ellas fatales. Esto no se puede medir en cifras, es un horror que no pasa por percentiles y porcentajes Paco. En el mundo hay 34 conflictos vigentes activos que arrojan anualmente una cifra de 750 mil víctimas al año. En el mundo, el comercio de armas ascendió el último ejercicio, a 1,400 billones de dólares y el 54% del monto fue en Medio Oriente y 23% de éste, en el área Israel-Palestina. En este marco de lógica geopolítica armamentista y económica, está enmarcado este conflicto. En esta zona se concentra el 61% de las reservas petrolíferas del mundo, en un contexto de producción mundial, que se quedó en 85 millones de barriles diarios, cuando necesita por lo menos, 120 millones y EEUU consume sólo él, 30 millones por día. El conflicto no comenzó con la ocupación de Cisjordania y Gaza, el conflicto es anterior y la “Guerra de los seis días”, fue de legítima auto defensa. Pero la ocupación enfermó a la sociedad israelí, se convirtió en un estado de ocupación y eso desdibuja los mejores valores de una sociedad, veamos un poco Paco. El control militar ejercido por Israel desde 1967 creó un marco favorable al fortalecimiento del mecanismo de colonización: asentamientos, cercos de seguridad y rutas son sus signos más flagrantes. Las colonias constituyen el obstáculo más serio a la creación de un Estado Palestino viable verdaderamente independiente. De 1967 a 2006, se estima que el Estado de Israel ha hecho construir unas 40.000 viviendas en Cisjordania por un costo de 4.300 millones de dólares. Y en enero, el número de colonos instalados en los territorios ocupados -fuera de Jerusalén-, entre ellos el Golán, superaba los 250.000. Desde la ocupación, el desempleo remontó pronto la cifra del 10%, junto con el resto de la economía que estaba en fuerte recesión. A partir de la Guerra de los Seis Días, Israel pasó a ser considerada una superpotencia militar regional y hasta internacional. Pero es menos conocido que la guerra modificó espectacularmente la economía del país. Mientras que en 1967 el PBI por habitante, alcanzaba apenas a 1.500 dólares, en 2006 llegó a 24.000 dólares, lo que colocó a Israel en el vigésimo tercer lugar en el Informe sobre el Desarrollo Humano 2005, realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Oslo fue un punto de inflexión importante. Si Israel hubiera continuado con la responsabilidad por los territorios en solitario, habría tenido que llevar una carga administrativa y económica sin precedentes (la Autoridad Palestina recibió entre 15 y 20 mil millones de dólares desde su fundación): habría tenido que ocuparse del empleo, la educación, el nivel de vida, garantizar la libertad de movimiento y todo ello, bajo la creciente crítica exterior y bajo la revuelta unificada de los palestinos contra una ocupación que no tiene fin; además de encender el peligro de un estado binacional de hecho. Fue un intento de conciliación, racional y pragmático de lograr un camino común para lo que lamentablemente ambas sociedades no estaban preparadas, el fin trágico de Rabin y los cursos posteriores de la política de la Autoridad Palestina lo mostraron. Si tengo que responderte a la pregunta categóricamente, te digo que los hechos no pueden ser blancos o negros, es un conflicto y no hay ningún Foro de ONGs en juego. Todos los factores en juego, realizan sus movimientos de acuerdo a la lógica geopolítica que beneficia sus intereses, pero no en beneficio de los pueblos.
- ¿Cuál ha sido tu actividad política en estos años? ¿Cómo se encuentra en estos momentos la izquierda en Israel? ¿Hay posibilidad de solucionar los problemas? ¿cómo ves el futuro del conflicto Israel-Palestina?
Tu pregunta siguiente me interroga sobre si es posible o veo posible un acuerdo y debo decir que las condiciones geopolíticas se prestan para ello, desplazándose hacia Eurasia los controles del pentágono y necesitando bajar las hipótesis de conflicto en la zona. El nuevo bilateralismo con China por parte de EEUU, el rol de la India como socio indispensable, el control de Kazajstán y los otros “istan”, puede que dé lugar a un avance y el año 2011 nos sorprenda con lo planteado por Bush, un Estado Palestino, pero a discutir luego los acuerdos finales.
La lógica de la Geopolítica del Petróleo nos envolverá mucho tiempo, aún así nos permitirá seguir avanzando. Éste es un conflicto llevado por la geopolítica mundial y los respectivos establishments que se ven favorecidos maniobrando entre esos intereses. No es una cuestión de los pueblos que buscamos la convivencia y el bienestar y nuestro trabajo es presionar a esa infernal maquinaria para modificar en algo los acontecimientos hacia mejores horizontes.
Contestando tu última pregunta: entiendo que los esquemas políticos partidarios en Israel deberán tener un sustancial realineamiento, la izquierda pagó el precio del excesivo peso de la cuestión nacional y hoy debe buscar nuevos discursos para retomar la cuestión social, pagamos el precio de un conflicto al que nos oponemos y fuimos los primeros en sostener dos estados para dos pueblos, pero debemos hacer un serio balance.
De hecho, hoy es posible un bloque que sin la divisoria derecha-izquierda permita manifestarse al otro Israel, el moderno, ciudadano del mundo, inclusivo; que busca el desarrollo en la inversión y el trabajo y no, en la maquinaria de guerra; que quiere una sociedad jurídicamente moderna y no anquilosada en mitos fundantes, que es un país amplio y receptivo para buscar un mejor lugar entre las naciones del mundo, con valores que nunca se debieron abandonar.
Para concluir Paco, del movimiento juvenil a casi 40 años de haber pasado por él, me queda el coraje para trasformar, para pelear por un mundo mejor, para desafiar dogmas y no ser esclavo de ellos y para ser realista intentando ir más allá de lo posible, no hablo de lo imposible, pero es un esfuerzo que creo se debe hacer cuando trabajamos para mejores perspectivas de las amplias mayorías.
Al analizar estos cuarenta años estoy conforme y creo que recién comienzo y tengo todavía por delante un camino amplio, largo y que aspiro sea muy fructífero, como el primer día en el que en Buenos Aires me sumé desde aquel movimiento a este colectivo, que es el socialismo israelí y desde él a todos los compañeros del mundo que luchamos por lo mismo.
Gracias Paco por brindarme esta oportunidad, un abrazo.