El halcón peregrino (Falco peregrinus) es una especie de rapaz de distribución cosmopolita. Era abundante hasta mediados del siglo pasado cuando, principalmente por los efectos de los productos fitosanitarios, su población empezó a caer en picado. Entonces la especie fué protegida legalemente y, con el paso del tiempo, el número de parejas ha crecido enormemente.
Halcón peregrino (Falco peregrinus) en la pose adoptada en el inicio de un picado. Foto de Jerry Ting, obtenida de aquí.
Tan exitoso ha sido su recuperación que ha empezado a anidar incluso dentro de grandes ciudades como Nueva York, Toronto o Chicago, entre otras. Así, en 1999 surgió la iniciativa de reintroducir a esta especie en Barcelona, un proyecto que en 2005 dió sus frutos con la nidificación de tres parejas dentro de la zona metropolitana. Anidan incluso en la catedral de la Sagrada Familia, y es allí donde los responsables del proyecto han instalado una webcam dentro del nido. De esta forma acercan al gran público sobre el día a día de esta magnífica ave, además de favorecer la concenciación sobre la protección de una especie con una mala e inmerecida reputación.
Momento en el que uno de los progenitores alimenta a sus crías.
Lo cierto es que me suena de ver un reportaje en Canal PP (¡uy, perdón! quería decir Canal 9) sobre la suelta de ejemplares de halcón peregrino en Valencia para controlar la población de palomas (Columba livia), tórtola turca (Streptopelia decaocto) y de estorninos (Sturnus vulgaris), pero no he encontrado nada al respecto.