“Aparentemente tenemos un juez que quiere terminar con este juicio” sostiene Mariano Aiello desde Berlín en conversación por Skype con Espectadores. El director de Awka Liwen y Martínez de Hoz se refiere al magistrado Juan Perozziello Vizier, y a la segunda demanda civil que Alejandro y José Alfredo Martínez de Hoz nieto presentaron contra el realizador por considerar que ambos documentales manchan el buen nombre y honor de su familia.
La historia de este litigio empezó en 2011, cuando los descendientes del ministro de Economía de la última dictadura les iniciaron juicio –no sólo a Aiello– sino también a los co-guionistas Osvaldo Bayer y Felipe Pigna por considerar que el entonces recién estrenado Awka Liwen contiene “acreditadas falsedades” que causan un perjuicio “irreparable” a todos los Martínez de Hoz. En realidad, el documental trata sobre el exterminio de nuestros pueblos originarios y cuenta, entre otras cuestiones, que el Presidente Julio Argentino Roca le entregó tierras patagónicas y pampeanas a José Toribio Martínez de Hoz, fundador y primer presidente de la Sociedad Rural Argentina, en agradecimiento por su colaboración con la Campaña al Desierto.
Además de un resarcimiento económico suculento, los demandantes exigieron la eliminación de las secuencias que cuentan aquel episodio y, hasta que eso ocurriera, la suspensión de la exhibición de la película. En 2014 redoblaron la presión legal contra Aiello cuando se enteraron de la existencia de un nuevo proyecto cinematográfico titulado Martínez de Hoz. Tras el envío de cartas documento, consiguieron frustrar los intentos de financiación colectiva a través de las plataformas Idea.me, Nobleza Obliga y Panal de Ideas.
Después de cinco años de marchas y contramarchas, la Justicia desestimó la acusación por Awka Liwen. En la sentencia fechada el 3 de mayo de 2016, las magistradas María Isabel Benavente, Mabel Alicia de los Santos y Elisa Díaz de Vivar sostuvieron que la demanda atentaba contra las libertades ideológica y de expresión que garantiza nuestra Constitución Nacional.
El 12 de septiembre de ese mismo año, Alejandro y José Alfredo volvieron a la carga con una segunda demanda. Acaso para tener mejor suerte, contrataron a otro letrado de su buffet.
“Mi abogado Matías Isequilla y yo, litigando en causa propia, contestamos la demanda. Entre las defensas y pruebas presentadas, incluimos una excepción de cosa juzgada que fue aceptada por el juez” recuerda Aiello. Sin embargo, porque la cosa juzgada atañe únicamente a Awka Liwen, “el resto del juicio sigue adelante y es la parte más larga: puede durar diez años”.
El realizador confía en los antecedentes que conforman la sentencia de mayo de 2016 y la resolución a favor de la excepción. También “en la actitud del juez Perozziello Vizier, que le dijo informalmente a Isequilla que quería terminar rápido el juicio por considerarlo ridículo”.
Por otra parte Aiello sostiene que la querella “está muy mal planteada”. Los demandantes “no presentaron la prueba principal que es la película; entonces hablan de un daño causado por algo que no vieron ni ponen a disposición de la Justicia”.
E: ¿Cómo prospera una demanda por daños y perjuicios cuando falta la prueba principal?
MA: Los Martínez de Hoz presentaron algunos artículos que escribí y extractos de entrevistas que concedí a la TV. De ahí aseguran que mis textos y mis dichos son difamatorios. También invocan el título y el trailer de la película.
E: ¿Qué contestás vos?
MA: Mis expresiones en los artículos y en las entrevistas se dan en el marco de un ataque feroz por parte de ellos. La mía es una defensa verbal legítima… Este juicio es una especie de patoteada destinada a evitar el estreno de Martínez de Hoz. Se trata de una estrategia jurídica bastante torpe e incluso naïve.
E: ¿Awka Liwen y Martínez de Hoz siguen disponibles?
MA: Sí… Awka Liwen se encuentra disponible en forma gratuita en YouTube, donde también está el avance de Martínez de Hoz. En cuanto al segundo documental, por ahora puede verse –pago mediante– en MartinezdeHoz.eu y en MacanudoFilms.com. Mi idea es hacer un reestreno, o un estreno en serio si cambia el signo político del próximo gobierno argentino.
E: ¿Por qué hablás de un estreno ‘en serio’?
MA: Cuando estrenamos Martínez de Hoz en Buenos Aires a mediados de 2017, tuvimos al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales en contra. No la censuraron para no darnos la posibilidad de ponerlos en evidencia pero no la difundieron a través del sistema de prensa institucional, que funciona como una agencia informativa dirigida a los medios grandes. La película recibió sólo tres críticas: la reseña de Espectadores, aquélla que Catalina Dlugi publicó en su portal y la de Juan Pablo Russo en Escribiendo Cine.
Horas antes del estreno en el Gaumont, me di cuenta de que sólo estaba lista la ingesta de uno de los dos archivos que había llevado días antes. No habían entendido que el film se proyectaría en dos partes y asumieron que el segundo archivo era un back up. Entonces terminaron proyectando la parte 1 bien procesada y una copia de mala calidad de la segunda parte que estaba disponible en Vimeo.
E: ¿La gente del INCAA subió Martínez de Hoz a la plataforma Cine.Ar?
MA: Si lo hicieron, la dejaron muy poco tiempo. A mí me enviaron un informe de visualizaciones digitales donde constaba que cuatro personas vieron la película.
E: Por lo visto los Martínez de Hoz conservan intacta su capacidad de lobby…
MA: Son poderosos. Manejan el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires. Tienen poder de decisión en la Sociedad Rural y una capacidad de lobby judicial muy importante.
Mientras fue secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde una vez me dijo irónicamente ‘Ahora ellos son indigentes prácticamente; no tienen ninguna propiedad a su nombre‘. Durante la época del kirchnerismo, pusieron sus propiedades a nombre de testaferros porque temían perderlas en los juicios contra su abuelo si la Justicia ordenaba alguna reparación económica. Entonces se hicieron insolventes.
Pero no lo son y, hoy por hoy, el estudio jurídico de la familia es uno de los más importantes de la Argentina. Ellos tienen causas muy importantes como representantes de empresas multinacionales en juicios contra el Estado argentino en el CIADI. En estas causas se juegan decenas de millones de euros.
E: ¿Tenés en mente o en marcha algún nuevo proyecto cinematográfico en nuestro país?
MA: No me siento en condiciones de avanzar con otro proyecto mientras el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales siga incumpliendo sus obligaciones. Por lo pronto nos debe el pago de los subsidios por Martínez de Hoz; contábamos con ese dinero para pagar el crédito que solicitamos para financiar la producción de la película, contra una garantía de un PH que tengo en San Telmo.
El convenio entre mi productora Macanudo Films y el INCAA establecía la realización de un documental que durara 60 minutos como mínimo. Presentamos un largo de 190 minutos sin pedir costos extras y el Instituto ni siquiera cumplió con el presupuesto original.
Para emprender algo nuevo también espero un cambio político en la Argentina. De hecho, no viajo a Buenos Aires desde octubre de 2017.
En Berlín, Aiello desarrolla dos proyectos: la segunda edición del Refugees Welcome Film Festival y la producción de un mockumentary –o falso documental– sobre la llegada de los refugiados a Europa en general y a Alemania en particular.
Como su predecesora, la nueva entrega del festival se llevará a cabo en el cine Babylon de la capital germana, la última semana de octubre. “Estamos recibiendo muchas más películas que el año pasado; estamos viendo la posibilidad de conseguir una segunda sede y estamos buscando auspiciantes” se entusiasma el entrevistado antes de anunciar tratativas para llevar el festival a Londres y Nueva York, y dos alianzas: una con una empresa berlinesa especializada en convertir películas al formato DCP y otra con los creadores de Ask Helmut, “aplicación muy conocida en Alemania que notifica los eventos culturales cercanos al usuario”.
Aiello cuenta que la ocurrencia del falso documental se originó en el discurso sobre “puertas abiertas” que Angela Merkel pronunció en el verano boreal de 2015, y que habilitó el ingreso masivo de inmigrantes sirios e iraquíes a Alemania entre ese año y 2017. “Con un grupo de amigos nos preguntamos qué intención se escondía detrás de ese anuncio desestabilizador para los europeos: ¿abaratar la mano de obra, endurecer las leyes contra la inmigración, azuzar a la extrema derecha?”.
El realizador pretende que su nuevo film ridiculice la xenofobia hacia los refugiados que hoy se expande en gran parte de Europa como si se tratara de la aversión que la creación del califato de Al-Ándalus provocó a principios del siglo VIII. “Opinarán expertos como sucede en Martínez de Hoz pero habrá menos entrevistas y más humor. De hecho, es posible que la película empiece en tanto ficción que imagina la llegada de un grupo de árabes montados sobre camellos a Sajonia, estado alemán donde los neonazis constituyen la principal fuerza política”. La idea es “simular un documental de guerrilla” que registre el (des)encuentro entre ambas culturas.
Además de haber elegido locaciones y de haber empezado a redactar el guion, Aiello está analizando el financiamiento del proyecto. “La parte ficcional exige más presupuesto que la parte documental”, recuerda al término de la charla con Espectadores.