La oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, podría desempeñar un papel crucial en la regulación de las emociones y decisiones morales. Investigaciones publicadas en Molecular Psychiatry han demostrado que su administración a través de un aerosol nasal intensifica sentimientos como la culpa y la vergüenza, además de reducir la disposición a causar daño intencionado, incluso cuando este podría generar beneficios para otros. En contraste, la vasopresina, otro neuropéptido vinculado al comportamiento social, no mostró efectos similares, resaltando la particularidad de la oxitocina en influir en la moralidad humana.
Oxitocina y vasopresina: sus roles en el comportamiento humano
La oxitocina y la vasopresina son hormonas producidas en el hipotálamo que desempeñan roles esenciales en la regulación del comportamiento social y las respuestas emocionales. Mientras que la oxitocina está asociada con el vínculo, la confianza y la empatía, la vasopresina tiende a relacionarse con comportamientos como la agresión y la territorialidad, aunque también puede tener efectos prosociales en ciertos contextos.
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