Oye! Que abril es el mes contra el maltrato animal!

Eso dicen, que Abril es el mes del maltrato animal. La iniciativa parte de  la American Society for the Prevention of Cruelty to Animals (ASPCA). También he oído muchas veces que uno de los pilares de toda sociedad debe ser el de erradicar el maltrato, en todas su facetas, no solo el animal, y claro no solo me parece bien, sino que procuro ponerlo en práctica.

Ejemplo de muchas cosas, Gandhi lo tenia claro, sin respeto a los animales no hay progreso

Y es que aunque no sea más que por “jugar a” o auto engañarme de alguna manera, parecerse o compartir ideas con estos dos tipos es obligado:

Albert Einstein fue un ejemplo en muchas facetas de su vida

Notareis un tono un poco irónico o sarcástico en mi discurso. Pues tenéis razón. Y ¿por qué? Pues mira, porque de la noticia me tuve que enterar por el twitter, en concreto fue @Andres_MM_GRJ, seguidor de nuestras andanzas, al que le agradezco sus comentarios, acertados y que obligan a ponerme la pilas casi siempre, el que me advirtió del asunto y no sé de donde saco la información. ¡Que levante la mano el que sepa de la noticia! Y que me diga en qué medio de comunicación nacional se ha enterado.

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Investigando, he encontrado un puñado de buenos artículos en la blogósfera, blogmascotas.com, mascotas.hola.com,

pero poco más. La iniciativa pasa de soslayo en este país, algo que tampoco es de extrañar, pero uno que es optimista o profundamente inconsciente albergaba esperanzas de sentir cierta movilización.

La campaña animalista consiste básicamente en hacer público tu rechazo al maltrato animal mediante el uso de un lazo naranja, algo parecido al de la foto de un poco más abajo. Además en Estados Unidos, edificios emblemáticos, como la Torre Sears o el Empire State se visten de este color durante estos días, apoyando la campaña.

Mes del maltrato animal,

Si ya se, estáis pensando que como puede ser que en un país donde se permite la posesión de armas de fuego o en el que la pena de muerte es legal, se manifieste este amor por los animales y un constante desprecio por la vida humana.  Y sí que puede ser una contradicción, pero no deja de ser una buen idea, necesaria, y que después de haber adquirido rasgos de su cultura que no son tan sanos como este,

podríamos adquirir por fin uno con algo de fundamento y útil, que redunda en el bien común y que nos hace mejores.

Pero claro estamos en el país del maltrato animal:

• Cada año matamos 40.000 toros en las corridas de toros para el disfrute de unos pocos, que además presumen de cultura.
• Somos el país con la mayor tasa de abandono de mascotas de Europa, se estima que cada tres minutos se abandonamos una, las protectora animales están en una situación dramática, desbordadas ante el aluvión de abandonos deben enfrentarse de manera además a una reducción media de su presupuesto del 50%.
• Lo de los perros dedicados a la caza, es otro triste ejemplo, muchos son asesinados al poco de nacer, por no reunir,  a juicio de los cazadores, las condiciones óptimas para ser empleadas en las actividades cinegéticas. Los “afortunados” que sobreviven en la mayoría de los casos viven en condiciones de hacinamiento, para ser brutalmente sacrificados o abandonados, tras la temporada de caza.
• Nuestras fiestas, están salpicadas de barbaridades sufridas por animales, recordaremos el Toro de la Vega, en Tordesillas y otros ejemplos de los que ya hemos hablado en este blog, en los que se maltrata a otras especies.
• Pero no solo de animales domésticas vive el maltrato animal, la caza es también en muchos casos responsable, y es que es habitual como algunos cazadores se regodean con fotos lastimosas de sus presas avatidas ( acordaros del Rey y su cacería de elefantes o las que desconocemos), algunas de ellas en peligro, como los lobos. En otros casos el uso de técnicas prohibidas por el furtivismo, como el veneno, el pegamento o cepos, que constituyen una forma terrible de dar muerte a la fauna salvaje, en la que no importa el sufrimiento que se le provoca al animal antes de su muerte y que no es selectiva en sus víctimas, matando especies en peligro como el águila real.
• Pero quizás la forma de maltrato más cruel y la que más daños ocasiona es la destrucción de los hábitats naturales de los que dependen para vivir por parte de nuestra acción, como consecuencia de la contaminación y explotación de terrenos para nuestro propio beneficio, que en muchos casos supone la desaparición de la especie.

Edificios de naranja en New York, es el mes contra el maltrato animal

Un país que quiere presumir de avanzado en sus conductas cívicas, que presume de tolerante y que en algunos aspectos sociales realmente está consiguiendo grandes logros (pese a los intentos de retroceder en algunos por parte del actual gobierno), no debería de olvidar el respeto por los animales que conviven con nosotros y mucho menos presumir de ello, ni tratar de convertir la tortura animal, la muerte y el escarnio público para el goce de unos pocos en arte, rasgo cultural diferencial y en marca de país.

No tiene sentido que se grave a la tauromaquia con un tipo de IVA del 10%, el IVA cultural!!, y que acudir con tu mascota al veterinario soporte un tipo del 21%, es un dato que indica que alguien está haciendo las cosas mal en este sentido.

No sé si tiene que ver con el resto del artículo, pero dejad que os cuente la anécdota que me pasó el otro día en el parque, que creo que es una buena radiografía de cómo somos en este país y que explica muchas cosas:

Había dos ancianos, cada uno con su perro, cuando al pasar cerca de ellos note que estaban discutiendo y profiriéndose insultos el uno al otro, con cierta preocupación me acerque a ellos tratando de apaciguar la tensión entre los dos. De la escasamente coherente conversación, entendí que uno de ellos había vaciado el dispensario de bolsas que el ayuntamiento facilita a los dueños para retirar los excrementos de los perros y que acababan de rellenar, llevándoselas todas a su casa, cual botín procedente de una conquista tras una batalla, para contar con provisiones de ellas “ad libitum”, dejando a los demás dueños de perros a dos velas. Pillado ”in fraganti” por el otro anciano que le recriminaba severamente, el acaparador alegaba que tenía derecho a llevarse todas las bolsas, puesto que había sido el primero en descubrir el tesoro, que había que espabilarse más la próxima ocasión. Pero mi sonrojo lució en toda su plenitud, cuando escuche al otro argumentar que lo que menos podía hacer el expoliador, era compartir las bolsas a medias entre los dos, puesto que él también había estado presente en el rellenado del dispensario de bolsas. Con cierta pena los abandone en plena disputa a su suerte, no me preguntéis quien se quedó con las bolsas, solo os diré que tú seguro que no puedes encontrarlas cuando te hagan falta.