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Paco Roca y El invierno del dibujante

Publicado el 02 enero 2013 por Srabsenta @srabsenta

Paco Roca y El invierno del dibujante
Hace unos días cayó en mis manos “El invierno del dibujante” de Paco Roca. Ya sé que un poco tarde, dos años después de su publicación. Un pecado por mi parte no haberlo leído antes. Ahora bien, cuando lo agarré lo devoré en una tarde y, a medida que avanzaba en la lectura, veía más claro que hablaría de él en el blog y, a poder ser, con entrevista a su autor.
Hace unos cuatro años tuve la suerte de conocer a Paco en unas jornadas de cómic en Castellón. Absence y él compartían cartel. Y también Jordi Ojeda, que me consta que ha ayudado mucho a Paco en el proceso de documentación. Durante esas jornadas compartimos mesa al menos en una ocasión y eso me bastó para atreverme a escribirle y proponerle una entrevista. Él, rápidamente aceptó.
Hace años que sigo su trayectoria y creo haber leído todos sus cómics. Desde “El juego lúgubre” hasta “El invierno del dibujante”, pasando por “Arrugas” que le valió un merecido Premio Nacional de Cómic (2008) y un Goya por la película (2012). Fue allí, con “Arrugas”, cuando me ganó el corazón y ahora con “El invierno del dibujante” me ha acabado de enamorar.
Paco Roca y El invierno del dibujante
Paco Roca y El invierno del dibujante
La de "El invierno del dibujante" es una historia real que ocurrió en la Barcelona de 1957-58. Esa Barcelona triste y oscura que Leopoldo Pomésfotografió (por encargo de Barral) y que no consiguió publicar hasta 55 años después.
Aquí, Paco Roca explica la relación de Bruguera con sus dibujantes. Entre ellos, Vázquez, Escobar e Ibáñez (este último recién fichado por la editorial). En esa época en la editorial se trabajaba sin parar, cobrando a tanto por página (o viñeta). Los dibujos originales eran propiedad de la empresa y los dibujantes estaban obligados (por contrato) a renunciar a los derechos de autor. A cambio recibían un sueldo más o menos decente con el que ir tirando. Pero en 1957, los que eran losnombres estrella de Bruguera (Giner, Escobar, Cifré, Peñarroya y Conti) se cansaron de ese trato y decidieron abandonar la editorial para montar su propia revista (Tío Vivo), orientada a un público más adulto. Ese es el punto de partida de la historia que tanto me ha fascinado y que me ha llevado a buscar a su autor. Yo, como él, también crecí leyendo a Carpanta, las Hermanas Gilda, doña Urraca y Mortadelo y Filemón y por eso, mientras leía, se me ocurrían montones de preguntas que fui anotando en un papel. Al final, seleccioné estas pocas que Paco Roca muy amablemente me respondió.
Paco Roca y El invierno del dibujante


Paco Roca y El invierno del dibujante
P: Dices que creciste leyendo las historietas de Burguera y que por eso querías escribir un cómic sobre la editorial. Pero ¿Cómo llegaste a la historia del “Tío Vivo”?
R: Quería hacer una historia sobre Bruguera, un homenaje a los dibujantes que me hicieron amar los cómics y querer dedicarme a esto. Pero la historia de Bruguera es extensa, cien años de editorial. Así que no sabía dónde situar la historia. Una opción era el ocaso de la editorial, su final, pero documentándome encontré la historia de Tío Vivo y me di cuenta que era la parte de Bruguera que quería contar. Me permitía además poder retratar la España franquista.


Paco Roca y El invierno del dibujante
P: Leyendo el libro se nota que hay un estudio previo exhaustivo de lo que era la Barcelona de los años 50 y de la historia de la editorial ¿Fue muy largo el periodo de documentación? ¿Cómo lo enfocaste?
R: La documentación tiene dos fases. Una es la necesaria para crear la historia y la otra es la imprescindible para dibujarla. En el caso de El invierno del dibujante para mí fue un reto ambas fases. Tenía que contar una historia que no viví, en una época que no conocía y en una ciudad que no es la mía. Para la documentación gráfica eche mano de todo lo que pude, películas de la época y las fotografías de Barcelona de Català Roca. También me hice varios viajes a la ciudad para fotografiar escenarios.
Paco Roca y El invierno del dibujante
Paco Roca y El invierno del dibujante
P: Durante el proceso de documentación sé que hablaste con algunos de los protagonistas de la historia que aún viven (Víctor Mora y Armonía). ¿Cómo fue la experiencia?
R: Muy enriquecedora. Hacer el Invierno del dibujante era una excusa de friqui para poder saber más sobre mis ídolos infantiles. Así que el estar hablando con Víctor Mora, Ibáñez, Jan o Nadal ya era de por sí el objetivo del álbum.
Con Armonía y Víctor pasé un agradable día hablando en su casa. Al irme me regaló su libro "El tranvía azul" que me sirvió muchísimo para la documentación de la historia.
Paco Roca y El invierno del dibujante

Paco Roca y El invierno del dibujante

P: En mi opinión, uno de los personajes más interesantes del libro es Escobar. Cuéntame algo más acerca de él. ¿Hablaste con sus familiares?
R: La documentación es una parte que no tiene fin y corres el riesgo de perderte en ella. Con el Invierno llevaba ya casi un año recopilando información, hablando con unos y con otros. Entre los que me faltaba contactar estaban la familia Escobar y Francisco Ledesma. Desgraciadamente terminó el tiempo que me había puesto como límite para documentarme y no logré entrevistarme con ellos.
Cuando se publicó el álbum le envié un ejemplar a Ledesma, quería saber si estaba de acuerdo con la visión que daba de los hechos, y en especial de él y de su tío. Me respondió felicitándome y confirmando los hechos que contaba.
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Más o menos un año después de que se publicase el álbum, recibí un correo de la nieta de Escobar, de casualidad había comprado el cómic y se había encontrado allí a su abuelo. La nieta se lo dio a leer a su madre y se había iniciado un largo coloquio familiar sobre Josep Escobar y la triste etapa de Tío Vivo. La familia me daba las gracias por haber contado esa historia y haber dibujado a Josep con su pipa y diciendo palabras en catalán.
Paco Roca y El invierno del dibujante

P: Tengo entendido que pudiste descubrir la ubicación de varias de las sedes que tuvo Bruguera a lo largo de los años. Pero ¿llegaste a saber donde estaba “Tio Vivo”?
R: Gracias al Centro Cultural del Coll y a un anciano que encontré de casualidad en lo que un día fuera el bar Rueda, conseguí situar la redacción de Bruguera a finales de los cincuenta.
La redacción de Tío Vivo, por lo que pude saber, estaba en La Rambla de Cataluña. El número no lo supe en aquel momento, pero el dibujante Enrich lo sabía. Ésta es otra de las personas con las que no pude hablar y que seguro habría sido muy interesante preguntarle por su paso por Tío Vivo.
Paco Roca y El invierno del dibujante

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P: Esa foto de la cámara de Escobar captando el momento exacto de la fundación de la nueva revista ¿existe en realidad?
R: Sí, es una foto que se hicieron los cinco en su nueva sede. Se les ve llenos de optimismo. Para ellos la revista Tío Vivo debía ser una especie de lucha por la dignidad que el franquismo les había quitado.
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P: Para terminar me gustaría saber si llegaste a tener en tus manos algún ejemplar de ese primer número de “Tio Vivo”.
R: Conseguí algunos números de la revista. Pero un amigo, Álvaro Pons, me dejó todos los números del primer año de la revista.
Tanto Tío Vivo como algunas de las revistas de Bruguera son una forma de comprenderla sociedad española a través de sus viñetas tan certera como el cine o las novelas de la época.

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Nº1 Tío Vivo



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