Revista En Femenino

Padres y deberes escolares

Por Mamaquesabe @mamaqsabe

Sobre los deberes escolares se escribe mucho: hay quienes están en contra de que se manden deberes para casa y quienes se muestran a favor, quienes son partidarios de ayudar a los hijos, y quienes creen que se les puede perjudicar… Os recomiendo leer este artículo sobre el tema de los deberes escolares en Europa.

La realidad es que sea cual sea nuestra opción, los deberes escolares dan dolor de cabeza, siempre, sea como sea el niño, y sea como sean los padres (salvo que opten por no implicarse, lo cual también da dolor de cabeza cuando luego reciben las notas escolares)

En casa siempre me he implicado mucho con mi hijo, no ya tanto en la particularidad de cada tarea (aunque también), sino más en el establecer una filosofía de aprendizaje y estudio desde pequeño para que sea parte de su estilo de vida, no un artificio adicional:

  • Enseñarle unos hábitos: se estudia en su habitación, en su mesa, sentado, con cierto orden, un ambiente que favorezca la concentración, tiempos de dedicación y descanso…
  • Apoyarlo cuando al principio se sienten abrumados por la novedad de una nueva etapa, de un ritmo diferente, de unas normas escolares diferentes a las familiares… Que sienta el apoyo de sus padres ante una tarea que de entrada no le resulta agradable. Quizá más adelante encuentren sus propias motivaciones, pero al principio no nos engañemos, a los niños les gusta cualquier otra cosa antes que ponerse con las tareas escolares…
  • Favorecer su motivación: es el motor que hace sencillo aprender. Cuida la motivación de un hijo y verás cómo es un niño con predisposición a aprender.
  • Favorecer su autoestima con cada logro y avance. Nadie nace sabiendo, pero crece aprendiendo. Así que los “no puedo” se han de transformar en: “tranquilo hijo, aquí estoy para ayudarte mientras descubres cómo tú puedes”
  • Darle tips de ayuda y trucos de quien ya pasó por esas tareas: a mí me gusta hacerle fácil lo difícil mediante el juego, el reto personal, lo divertido…

Padres y deberes escolares

Lo de los deberes cada uno lo siente a su manera, según sus circunstancias, como el resto de aspectos en la vida. Este año recibo whatsapp de otras madres del tipo: “¡que hay un montón de deberes!”, e inmediatamente cuando veo a mi hijo le digo: piensa cómo organizamos la tarde que ya sé que hay un montón de deberes… A lo que me contesta: ¿pero qué dices? ¡Si casi no hay! Y es que todo depende de lo que les dé tiempo a hacer en clase, porque lo que generalmente se suelen traer para casa es un poco adicional más lo que no les hubiera dado tiempo a acabar. Claro, que otra cosa fue a principios de 3º de primaria donde ya salía agobiado de clase por todo lo que había. Y es que siempre habrá etapas de inflexión, de cambio, donde necesitan mucho más apoyo. Pero estad seguros de que si aguantáis ese tirón con apoyo y ayuda, llegarán momentos como este que os comentaba, donde tienen capacidad para aprovechar el tiempo en clase y por lo tanto traen menos deberes a casa, y donde los recursos de familia les ayudan a dar solución a sus tareas escolares.

No obstante, hace poco nos ocurrió la siguiente anécdota: había que preparar un belén para el colegio, cada niño llevaría el suyo propio. Cuando me lo contó le pregunté: ¿qué quieres entonces hacer? Me dijo que le imprimiese unos dibujos del belén y que él los colorearía. Le propuse que como era puente y tenía muchos días, podría ser buena idea que lo hiciera él todo, que pintara las figuras sin necesidad de imprimirlas. Que eso siempre se valora… y patatín y patatán ;) Luego quiso ponerlas en 3D y pensamos que podría hacerlo dentro de una caja de zapatos, y por último decidió añadirle un telón, con un pañuelo rojo que tenía yo y que se encargó de hacer jirones ;-) Tan contento que se fue con un trabajo que le ocupó muchos ratitos cada día del puente.

belén navideño

Pero cuando volvió del colegio… la cara un poema. Muy enfadado. Al parecer había muchos niños que habían llevado un belén muy diferente. Él decía que se lo tenían que haber hecho los padres, porque si no era imposible una talla de madera, un belén de fofuchas con todos los detalles… Estaba enfadado por haberme hecho caso y dejarse convencer de hacer él todo, y lo que era peor: decepcionado porque además la maestra había dicho que votaran a sus favoritos y habían sido elegidos como los mejores los que él decía que no habían sido hechos por los niños. Ahí tuvimos una larga conversación que pasó del enfado y la decepción al orgullo de haber hecho su belén él solo, sin necesitar mayor reconocimiento que el suyo propio por tres motivos: a veces es cuestión de gustos y no podemos pretender siempre que lo nuestro guste a los demás; a veces no todo el mundo sabe valorar algo, así que has de valorarlo tú; y a veces hay gente genial que hace cosas más geniales que nosotros.

Nos gustan a ambos esos momentos… son como de confesiones, momentos de filosofía de andar por casa, de risas y complicidad, y de educación emocional. Siempre intento que saque un aprendizaje positivo de que la vida no es la que uno querría, pero donde sí elige uno cómo tomársela… Nunca le dejo que descargue su frustración contra ningún compañero, o contra algún maestro. Todos tienen sus motivos para hacer las cosas como las hacen. No se trata de resignarse, sino de comprender el por qué lo hacen, y aprender a adaptarse con el orgullo de saber quién es uno mismo.

Y es que a veces los padres podemos creer que los hijos no pueden hacer cosas geniales ellos solos, por eso intentamos ayudarles sin darnos cuenta de que pueden hacer cosas maravillosas por sí mismos. Yo sí creo en mis hijos, así que es evidente que los ayudo y ¡mucho! pero nunca les evitaría un aprendizaje vital que les corresponde a ellos…

Así que qué queréis que os diga… debemos invertir nuestro tiempo en ellos y estar atentos a cubrir áreas de aprendizaje que no cubre el sistema escolar, pero sobre todo debemos invertir en el hábito, en la motivación, en el trabajo y esfuerzo, y en los logros de los que serán capaces. Esa es nuestra tarea como padres. No debemos dejar a los niños solos en la aventura escolar, pero mucho menos evitarles que aprendan cosas solo porque nosotros podamos hacerlas por ellos. Las tareas escolares tienen una finalidad mayor que aprender conocimientos. Supone prepararlos para desenvolverse en la vida.

¿Tenéis alguna anécdota de este tipo? ¿Tiene importancia para vosotros esos “otros” aprendizajes?


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