Padres y educadoras en los centros infantiles

En muchas ocasiones los padres olvidamos cual es nuestra función hacia nuestros niños. Debemos recordar que nuestros hijos, son nuestra responsabilidad y no de sus profesores, ni de sus amigos, modelos a seguir… Al igual que el jefe de una empresa, los padres debemos estar totalmente involucrados en todo lo que hace nuestro hijo. Y aunque no sea nuestra función o la estemos delegando que menos que supervisar y preocuparnos por lo que está ocurriendo. Y por supuesto debemos asumir nuestra entera responsabilidad en la educación de nuestros niños.

Los modelos educativos.

Hace no muchos años, nuestros padres eran muy conscientes de sus responsabilidades. Y lo primero que querían era niños educados que supieran comportarse en el sitio donde estuvieran. Con los años, vamos delegando cada vez más en los profesores y educadores. Esto no es una casualidad, ya que se ve de forma generalizada. La escasez de tiempo para dedicar a nuestros niños, el estrés que vivimos. La crisis por ejemplo, ha acentuado éstos casos. Algo muy lógico, ya que tenemos más tensión de la que teníamos antes. En muchas ocasiones habrás escuchado que hoy en día cuando un niño falla, la culpa se le echa directamente al profesor defendiendo siempre a los niños. Lo que hacemos es quitarle la autoridad a los profesores y dándosela a los niños.

Antes de nada debemos diferenciar entre dos tipos de centros. Los centros de educación infantil y los colegios. Ya que cada uno trabajará un campo diferente que el otro.

En cuanto a los centros de educación infantil. Lo que deben hacer es acercar el mundo al niño. Está basado en los primeros 5 años de vida. Y deberán trabajar conjuntamente con los padres. En los centros sí que se debe trabajar muy seriamente la educación de los niños. Enseñandole muchas de las reglas de convivencia como por ejemplo a no morder, a comer de forma correcta… Aunque es evidente que en los centros no se puede trabajar solamente. Los niños pasan una escasa parte del tiempo en ellos. Siendo en familia cuando pasan mucho tiempo. Y por supuesto todo lo que digan los padres y lo que vean en casa, tendrá mucho más valor para el niño que lo que se le dice en la guardería. Por eso, lo fundamental es tratar de trabajar en conjunto. De nada sirve que en la guardería, se intente y se insista al niño en comer de forma saludable. Si el niño sabe que en cuanto salga por la puerta de la guardería, papá o mamá, le va a dar un bollo de chocolate. Por mucho que se intente en el centro de nada le servirá al niño. Lo mismo nos pasa con el control de esfínteres, si se le pone a hacer pis en el wáter en el centro y se le ha quitado el pañal. Lo que no se puede hacer, es ponerle el pañal al salir de la misma. Ya que todo lo que se consigue es que el niño se haga un lio. Eso en cuanto a los temas de aprendizaje.

Pero, también nos sirve cuando hablamos de educación. Debemos hablar con las profesoras para que nos ayuden y nos digan los pasos o las pautas que debemos seguir. Así por ejemplo. Si un niño muerde a un compañero y se le explica. Los padres deberán seguir lo que marquen las educadoras. Si cuando llega y se le dice lo que ha hecho, el padre, le da unas chuches o se ríe o… Lo que estamos haciendo es que el niño no tenga ningún reparo en volver a morder. Además de no tener tanto respeto por lo que la maestra le dice.

Son muchos los casos que nos encontramos, en los que los niños son como Jekyll y Mr Hyde. Y en la guardería se portan de una forma y en cuanto llega el padre, su carácter y su educación cambian hacia todo lo que les rodea. Y este cambio por lo general, es para hacer lo que quieren cuando llega papá o mamá. Los educadores y profesores, están una parte del tiempo con ellos, pero en verdad, los niños al final de la jornada se van a casa con los padres. Y son ellos los que tendrán que dejar bien claro las pautas a seguir. Para eso contarán con la ayuda de las profesoras y educadoras. Cada centro tiene una filosofía y forma de pensar y tu debes buscar el que más se amolde a tu forma de pensar.

Recuerda:

“La mejor herencia que puedes dejarle a tu hijo, es la educación”