Revista Religión
Marcos7:1-23 abarca tres asuntos cruciales: el mandamiento del Señor, es decir, lapalabra de Dios; la tradición del hombre; y la condición de su corazón. Lapalabra de Dios, Sus mandamientos, siempre sacan a relucir la condición delcorazón del hombre. Pero la tradición del hombre siempre la oculta. Es por esoque dondequiera que se guarda la tradición, hay hipocresía. La tradición ocultala condición del hombre. El Señor dice a los fariseos y a los escribas: “Qué biendejáis a un lado el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición” (v 9).
Lastradiciones aparentemente son buenas, pero en realidad son engañosas, y los quelas guardan son hipócritas. En la religión hay mucha hipocresía debido a quehay demasiada tradición que oculta la verdadera condición del hombre. Pero lapalabra de Dios siempre la pone de manifiesto.
En estabreve porción del Evangelio de Marcos se le da aplicación a los DiezMandamientos. El Señor Jesús los repite y los emplea para poner de manifiestola condición interior del hombre. Los fariseos y los escribas se preocupaban deque las personas se lavaran las manos, pero este lavamiento ni siquiera semenciona en los Diez Mandamientos.
Al aplicarlos Diez Mandamientos, lo que importa no es que nos lavemos las manos, sino queadoremos a Dios con un corazón sincero y que honremos a nuestros padrescumpliendo fielmente nuestras responsabilidades. El objetivo de losmandamientos de Dios no es sacar a luz la suciedad que hay en nuestras manos,sino revelar la corrupción que hay en el corazón del hombre.Fuentes:Reflexiones Cristianas