Revista Libros
Ilustración de mi amiga Michelle Sánchez y texto de este humilde servidor de ustedes. Espero que sea de su agrado.
Quizás es propiciado por tus circunstancias o las mías, por el tiempo de querernos en silencio o por no habernos querido suficiente. No encuentro el motivo de tu silencio cómplice con la duda. Háblame aunque sea sin decirme nada, no me enseñes tu corazón sino quieres, no dejes de tener puesta la coraza, si así prefieres. Enséñame el camino a tus entrañas, esas que cosiste con hilo fuerte y duro para que no se vieran desde una atalaya de deseo. Permíteme usar las gafas de ver de cerca para saber si tu mirada oculta amor o es una foto de una pose heredada, con función de un chaleco antibalas, haciendo las veces de muro que separa lo virtual con lo carnal. Sonríeme aunque sea por caridad, ya que en tu boca tendrás la sangre de mi mordedura de frenesí no controlada, la muestra de que no eres común para mi mente, que eres pecado en cuerpo de diosa aniñada. Mi fantasía de madrugada. Midamos cicatrices y te demostraré que aunque las tuyas son más grandes, las mías son mas profundas , y al final de camino todas cicatrizan, tan verdad como que nuestros cuerpos acabarán siendo energía sin posada, esa que evitas compaginar conmigo y que tienes miedo a malgastar. El galeno te receta productos químicos para curar lo natural, los males del pasado tienen una sencilla manera de ser derrotados y es conociendo su existencia y posteriormente infravalorarlos. Nada mata si respiras, nadie te quitará la respiración como lo puedo hacer yo. Las gafas de sol que llevas puestas no te evitarán ver la luz que tiene mi mirada y que se mezclará con descaro y contundencia con la tuya dubitativa y temerosa produciendo el éxtasis. Calcula la repercusión de tus actos y sus consecuencias, posteriormente ponlo en contraposición a la lógica, el resultado será que todo lo que tienes que hacer es repetir estas palabras:”te quiero”, sin dudar que no caerán en saco roto. Si no quieres decirlo, por lo menos escúchalo.