Revista Tendencias
El título parece muy místico y romántico pero nada más lejos de mi intención. No intento evocar un pasaje bucólico de un amor perdido por culpa del mal servicio de Correos. ¡noooo! ¡Ñoñadas las justas, señores! Que ya sabemos que a las puertas de la primavera, se nos va la castaña hacia donde no debe. Me refiero a que nuevamente, me doy cuenta de lo fashion victims que somos los seres humanos. No sólo son los trapitos y zapatitos los que nos guían a pasos agigantados a la trampa del maquetín, como dice mi mamá, sino que también las palabras tienen su buena ración de modas pasajeras.
En la actualidad, no puedes ir por el mundo diciendo cachi piruli, very good fandango o vaya pos parece que se ha levantado un poco de fresquibiris y mucho menos sin parecer un viejales de los 70.
Antes, los hombres eran unos casanovas o unos rompecorazones ahora son fuckers y lo sabes!
Y, Oh my god! A la porra el glamour de los cincuenta para dar la malvenida a las continuas apariciones de princesas de barrio, horteras en general y políticos que a penas saben hablar. Que nos hacen explotar la cabeza con su verborrea insulsa y sus cantares al caloret.
En una época anterior, la gente era más convencional, más mundana. Ahora la sociedad está dividida entre cracks y loosers. ¡Pues mire oiga, yo lo que vendría a ser es normal! ¿o no...?
(Nota de la autora en medio del artículo: para averiguar si soy o no soy normal puede leerse todas las entradas anteriores de este blog o mejor siga leyendo ésta, gracias)
Si que reconozco que tengo mis momentos de recuperemos nuestra bonita lengua. La catalana o la castellana, tan me fa, iguales las dos, ricas en expresiones fantásticas que no me gustaría que murieran en el pozo del olvido llamado R.A.E.
Entiendo, que el ser humano tiene que evolucionar y acompañadito de la mano le va el lenguaje. Es evidente que con las nuevas tecnologías, no podemos hablar igual que hace dos siglos. Además, estoy convencida que las futuras palabras de moda lo van a petar muy mucho y sino vaya mierder si tenemos que ir hablando siempre igual. Porque aunque cada vez, para mi, la sociedad vaya a peor, sería no muy fuerte sino lo siguiente sino inventáramos alguna palabreja cada dos por tres ¡Somos grandes chicos!