Revista Arte
No se necesitan argumentos muy sesudos para identificar el motor de la obra de Yago Hortal. Aunque el clásico “salta a la vista” puede quedarse corto ante la profundidad y la multiplicidad de lecturas que esconden sus creaciones, realidades cromáticas que sorprenden por su física y una técnica que confía en el comportamiento de la pintura, de resultados sorprendentes y compositivamente plausibles.
Y aunque se encuentre en sus últimos días, vale la pena recordar la muestra que el Casal Solleric de Palma ha dedicado en los últimos meses a la producción de Hortal, un pequeño repaso a seis años de trabajo en el que encontramos todas las excelencias técnicas que hacen de Yago uno de los pintores –jóvenes– más prometedores de nuestra escena. La pincelada espontánea y virtuosa, el uso de técnicas como el dripping el impactante uso de las tres dimensiones en sus lienzos… En pocas palabras, un espectáculo vibrante que finaliza este 10 de junio y que, si se os presenta la oportunidad, no deberíais perderos.