Todos los días elegimos. Desde cómo nos vestimos, qué medios consumimos, hasta qué comemos. Este "qué comemos", es bastante particular, porque si te encontrás dentro de la media que puede comer 4 veces al día, son grandes elecciones que hay que hacer durante toda una jornada.
4 elecciones que van a definir qué le proveemos a nuestro cuerpo y cómo llenamos de energía el único avatar que tenemos.
Durante los últimos años, la vorágine hizo que esa elección sea bastante automática y repetitiva, la dejamos en mano de la industria y sus "recomendaciones" sobre qué es lo que necesitamos para estar a full todo el día y sentirnos bien alimentados. Una boludez en la que todos entramos como caballo.
Hoy los quiero invitar a que salgamos de ese círculo vicioso y pensemos, ¿dónde estoy poniendo mi dinero?, ¿para comprar qué tipo de alimento?, ¿quién es el que elige por mí?.
Creo fervientemente que si vamos a tercerizar esas 4 decisiones diarias, lo hagamos con consciencia: ¿me conviene cocinar?, ¿a quién le puedo comprar alimentos de buena calidad?, ¿es bueno para mí comer este alimento?, ¿es un alimento realmente? etc.
Bajar un cambio no quiere decir dejarse estar y perder el tiempo. Es básicamente, pensar mejor y con más información, para tomar una decisión adecuada y más aún si es sobre nuestro sistema alimentario.
Si les interesa más todo este tema, los invito a que sigan a la periodista @solesbarruti y también el nuevo proyecto @bocado_lat que acaba de lanzar en conjunto con otros profesionales del área.
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