Me consta que sois much@s los que habéis adquirido la panificadora del Lidl y que os habéis puesto manos a la obra, algun@s con unos resultados más satisfactorios que otr@s, así que he querido realizar esta entrada e intentar resolver algunas dudas que se os puedan plantear.
Para empezar a trabajar con nuestra maquinita, lo primero que tenemos que hacer es introducir los ingredientes en la cubeta EN EL ORDEN INDICADO EN EL MANUAL. Esto es, primero los líquidos y después los sólidos. Esto es importante, ya que la levadura usada en las panificadoras se activa al contacto con el agua, por lo que tenemos que asegurarnos que la harina cubre totalmente el agua para evitar ese contacto. Podeis en este caso, para aseguraros de ello, añadir la levadura unos segundos después de que empiece el amasado.
En segundo lugar, y no menos importante es la elección de la HARINA para la elaboración del pan. Normalmente siempre uso harina de fuerza. Es una harina con más proteínas que el resto, yo suelo comprarla en panaderías, pero podeis encontrarla en supermercados, por ejemplo en Mercadona o Carrefour. Para asegurar un buen resultado os aconsejo este tipo de harina, pero con esto no quiero decir que con otro tipo de harina no os vaya a salir un buen pan, es más, los que me seguís habéis visto que la última receta de pan que publiqué y que titulé "MI PAN DE MOLDE FAVORITO" está hecha con harina de repostería, por lo tanto, vosotr@s mismos conforme vayais usando la panificadora y experimentando, vais a poder valorar qué tipo de harina utilizar para conseguir el resultado que más os convenza.
La cantidad de AGUA es también un elemento fundamental en la elaboración del pan. Hay harinas que tienen más humedad que otras, y por lo tanto necesitarán menos agua para un resultado óptimo, por lo que al principio, os recomiendo que pongáis siempre menos agua de la que indica la receta. Siempre podéis añadir un poco más si véis que la masa la necesita. La masa de pan normal tiene que quedar blanda pero no pegajosa y la integral, a mi gusto, tiene que quedar un pelín pegajosa, es decir, que cuando la tocas se quede un mínimo resto de masa en los dedos.
La LEVADURA que debemos utilizar es siempre levadura de panadería. Particularmente no he notado diferencias en el resultado utilizando tanto la levadura fresca (Levital, la que venden en mercadona en daditos de 25 grs.) o la levadura seca, que vienen en sobres de unos 4,6 a 5 grs. de la marca Vahiné o Maizena.
Uno de los problemas con los que os vais a encontrar, y que ya vari@s me habéis comentado, es el desmolde del pan, ya que a veces cuesta trabajo quitar las palas amasadoras y el pan termina rompiéndose y arruinando el aspecto del mismo. Yo en este caso, lo que hago es que cuando termina el segundo amasado y empieza el segundo levado, desconecto la panificadora y con una lengua de silicona, voy abriendome camino a través de la masa para dejar al descubierto las palas y extraerlas. Una vez hecho, con la misma lengua de silicona recoloco la masa y nivelo la superficie, para que leve y se hornee de manera uniforme y no adquiera esas formas caprichosas que vemos en algunos panes. Suelo también espolvorear la superficie con bastante harina para darle un aspecto más rústico. Podeis verlo en el pan de hoy.
El corte del pan también suele ser conflictivo, ya que son panes con mucha miga, muy blanditos y suele ser complicado cortar una rebanada igual que otra. Se puede hacer perfectamente con un cuchillo de cortar pan, son cuchillos con grandes dientes que permiten desgarrar el pan facilmente. Yo particularmente corto las rebanadas con un cortafiambres que también compré en Lidl. Sé que es otro mamotreto, pero a mí me va fenomenal ya que es perfecto para cortar el pan de una manera uniforme y al grosor que más nos guste.
Al ser un pan sin conservantes, puede durarnos tierno unos 3-4 dias. También son panes que congelan perfectamente. Yo suelo, una vez cortado, congelarlo en film apto para congelador en paquetes de 3-4 rebanadas. Sacándolos la noche anterior os garantizais que teneis un pan como recién hecho al día siguiente y si se os olvida, lo podeis descongelar en el microondas, envuelto en papel de cocina durante 3.20 minutos a 150w. de potencia.
Y dicho ésto, vamos con la receta de hoy. El pan de avena es el pan del corazón, ya que los aceites esenciales de éste cereal son poco saturados, por lo que son buenos para prevenir problemas cardiacos y de arteriosclerosis. Además la avena es diurética y reguladora intestinal, siendo muy efectiva para el control del peso. El único "pero" que podeis encontrar en este pan es su sabor, ligeramente amargoso. A mí me gusta así, no obstante, podeis jugar con las proporciones de las harinas, siempre que el peso de las dos sumen 525 grs.
- 250 grs. de harina de trigo.
- 275 grs. de harina de avena de cultivo ecológico (Podeis encontrarla en carrefour o herbolarios)
- 12 grs. de sal.
- 20 grs. de azúcar.
- 25 grs. de leche en polvo.
- 20 grs. de levadura fresca levital.
- 300 ml. de agua.
- 75 grs. de mantequilla reblandecida
- Colocamos en la cubeta el agua, la mantequilla reblandecida, la sal en un extremo de la cubeta y el azúcar en otro, sin que se toquen.
- Añadimos la harina, la leche en polvo y la levadura desmenuzada encima de la harina.
- Conectamos la panificadora y conectamos el programa de pan "NORMAL", peso 1 kilo, y el tueste deseado, en este caso, tueste medio.