Pan italiano de Pascua

Este fin de semana pasado ha lucido el sol y ha hecho una temperatura fantástica para estar en la calle. Hemos aprovechado para pasear y disfrutar del campo, además, ya no queda nada para que llegue la tan ansiada Semana Santa, así que, este año para que no me pase como en otras ocasiones, que cuando me quiero dar cuenta mis niñas están diciéndome
-¿este año no haces torrijas?
me adelanto y os traigo una receta muy sencilla para preparar en Pascua. Síiiiiiiiii, también haré torrijas, tranquilos.

Es típica la preparación por Pascua de la receta del "Easter Italian Bread" en muchos países europeos. Es un pan dulce, pero no demasiado, a medio camino entre el pan y un brioche, por eso al resultar un pelín "soso" a mi me parece ideal para desayunar, abriéndolo por la mitad y untándolo con mantequilla y mermelada (como si fuera un scone).
Permite numerosas variantes, por ejemplo, podemos añadir a la masa después del primer levado, justo cuando la estemos desinflando sobre la mesa, frutas confitadas en trocitos, almendras laminadas o incluso cáscara de cítricos.
Igualmente en vez de esparcir sprinkles por encima, podemos preparar un glaseado a base de azúcar glacé y leche, y extenderlo sobre los panes.

Este "pan" con forma de rosca con un huevo coloreado en medio, se consigue entrelazando dos tiras de masa y juntando el final con el principio para darle la forma redonda. Va a necesitar dos levados, así que antes de meterlos en el horno podemos aprovechar y mientras esperamos, preparar los huevos de colores.
Para ello en un vaso con agua echamos un poco de colorante en pasta y una cucharadita de vinagre. Mezclamos bien, sumergimos el huevo y lo dejamos un rato hasta que conseguimos que se tiña del color deseado. Luego lo sacamos, lo secamos y reservamos hasta el momento de hornear los panes.

Ingredientes (6 unidades)

• 300 ml. de leche
• 75 gr. de mantequilla
• 2 y ¼  cucharaditas de levadura seca de panadería
• Una pizca de sal
• 2 huevos tamaño L, ligeramente batidos
• 100 gr. de azúcar
• 540 gr. de harina de fuerza
• 1 huevo (para pintar los panes)                               
• Sprinkles de colores
• 6 huevos crudos teñidos de colores

Combinamos la leche y la mantequilla en una cacerola pequeña y la ponemos a fuego medio-bajo hasta que la mantequilla se derrita. Retiramos del fuego y reservamos.
En el vaso de una batidora de pie, combinamos la levadura, la sal, los huevos y el azúcar. Añadimos la leche templada y la mitad de la harina. Amasamos con el gancho hasta que se mezclen. Añadimos más harina poco a poco hasta que la masa comienza a separarse de los lados del vaso. Amasamos unos 3-5 minutos más, o hasta que esté completamente suave y elástica.
Colocamos la masa en un recipiente engrasado, la cubrimos con un paño y la dejamos en un lugar cálido 1 hora u hora y media para que haga el primer levado.
Transcurrido este tiempo, ponemos la masa sobre una superficie enharinada y la desinflamos con los puños. Si queremos introducir algún rellenos a la masa, éste sería el momento.
Cortamos la masa en 12 trozos y hacemos un rollo con cada uno para formar una cuerda gruesa. Los vamos torciendo de dos en dos, formando una especie de trenza y con ella formamos un círculo. Colocamos las coronas sobre una fuente de horno forrada con papel vegetal, tapamos con un paño y dejamos que leven de nuevo durante 1 hora más o menos.
Precalentamos el horno a 180º C.
Pincelamos los panes con huevo batido con ayuda de una brocha, espolvoreamos con los sprinkles y colocamos un huevo teñido en el medio de cada pan. Horneamos durante 20 minutos, o hasta que los panes estén dorados. Dejamos que se enfríen sobre una rejilla.

Una vez horneados, podemos comernos los huevos de estos panes ya que quedan cocidos. También, porque seguramente esta idea les va a parecer mejor a los más pequeños, podemos quitar los huevos de los agujeros de los panes y sustituirlos por pequeños huevos de Pascua de chocolate.

Espero poder repetir la receta antes de Semana Santa y probar a rellenarlos con fruta confitada (tipo panettone) que seguro estarán buenísimos. Aunque lo primero es lo primero: las torrijas, que sino en casa mis hijas me matan.