-Te he comprado una panificadora.
-Gracias, aunque no sé si la usaré mucho... no suelo comer pan.
-Si con ésto es muy fácil y¡mira!, hay un programa específico para pan sin gluten.
En el tema de las panificadoras hay que atender a dos topicazos:
El primero de ellos es que existe la falsa creencia de que todos los celíacos nos hacemos el pan. Antes era la primera que renegaba de la idea de que todos tenemos una panificadora en casa. Más que nada, porque, como muchos otros celíacos, por la falta de costumbre de comer pan en las comidas (porque comes fuera de casa, o por el alto precio del mismo) acababa reservando el tema del pan para tostadas y bocadillos.Pero ahora, aunque tengo una debido a un regalo, he de comunicar que no todos los celíacos tienen una. Además, con la panificadora también cambió eso de 'casi no comer pan'. El celíaco no es que no esté acostumbrado a comer pan... es que el que se vende precocinado no le llega ni a la base de la corteza al que se puede conseguir en una panificadora.
Y es que la panificadora lo cambia todo por tres motivos:
-No CUESTA NADA hacer pan (la máquina amasa y hornea el pan, sin invertir casi tiempo ni ensuciar).
-No CUESTA TANTO hacer pan como comprarlo ya hecho (sale más rentable la harina que el pan ya hecho).
-Está infinitamente MÁS RICO que el que venden (si das con el programa adecuado).
Pero hay otro topicazo peor que el de tener una panificadora, o más bien engaño. El de que las panificadoras piensan en los celíacos porque tienen un programa sin gluten: NO SIRVE PARA NADA.
Sobre éste no es que no haya cambiado mi opinión al tener una panificadora, sino que se ha consolidado tras muchos intentos de que no fuera así. En mis primeras indagaciones con esta máquina y bajo las órdenes del progama 'sin gluten', el pan siempre salía aplastado, hecho una pasta y sin mejoras respecto al pan envasado.Pero tras varias pruebas y experimentos fallidos, la casualidad (como en todo descubrimiento) me llevó a pulsar el programa de pan integral. Fuera por la casualidad, el tiempo de amasado y fermentación que se adaptan mejor a la harina sin gluten, o la alineación de planetas, el resultado fue un pan sin gluten con miga, tierno y tan alto como para aplastarse contra la tapa de la panificadora.Otra vez más, y fuera de los productos gastronómicos, se demuestra que lo de la etiqueta 'sin gluten' a veces persigue más una estrategia de venta que una preocupación por los celíacos y sus necesidades.Pd: la panificadora es de la gama de electrodomésticos Carrefour. Tal vez el programa de 'sin gluten' cambie de unas marcar a otras, lo mejor, si ese programa no se adapta del todo a la harina sin gluten, es probar con otros diferentes.