Como todo el mundo sabe el origen de la panna cotta es italiano, la traducción literal es "nata cocida" y esta es, precisamente, la base de este dulce. En esta versión le damos una vuelta de tuerca y la preparamos con una crema de cacao y avellanas. Es ideal para los amantes del chocolate y, además, no deja de ser un postre fresco para el verano.
Y como última pero no menos importante ventaja para enumerar es que no necesita horno en su preparación, por el contrario se puede preparar con antelación y dejarla preparada en vasitos en la nevera para sacarlos en el momento de ser servidos.
¿Todavía no te he convencido? sólo me queda un argumento ¡pruebala! seguro que repites.
INGREDIENTES
Con estas cantidades salen 5 vasitos de los de yogur:
200 g de nutella (1 bote) o cualquier otra crema de cacao y avellanas
240 ml de nata
160 ml de leche
1 cucharada de esencia de vainilla
un poco de flor de sal (o sal gorda)
3 hojas de gelatina
Para adornar:
frambuesas frescas
menta
MODO DE HACER:
1. Poner a remojar las 3 hojas de gelatina en agua fría para que se hidraten.
2. Mezclar la nata con la vainilla y calentar hasta llevar a ebullición. Retirar del fuego.
3. Escurrir bien escurridas las hojas de gelatina y añadirlas a la mezcla anterior fuera del fuego.
4. Poner la nutella a temperatura ambiente con la sal en otro recipiente y verter por encima la nata caliente dejando que se vaya deshaciendo la nutella.
5. Remover mezclando bien todo procurando que quede lo más homogéneo posible.
6. Añadir la leche sin dejar de remover, colar y repartir en los vasitos.
7. Meter en la nevera y dejar reposar durante al menos 5 horas o hasta que coja la consistencia deseada.
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