Revista Cultura y Ocio

Panorama desolador

Por Revistaletralibre
Panorama desolador

Panorama desolador

© Pedro Jaén
(@profesorjaen)

Va terminando este infumable agosto y podría empezar el artículo más pesimista, o quizás uno que exorcizara la desesperanza que le viene a uno de fuera para, de alguna forma, seguir adelante con la vida y ver en la distancia el panorama político tan desolador desde que Pedro Sánchez es Presidente del Gobierno de nuestra querida España. xxxPero la cosa creo que merece un análisis algo más profundo (partamos de que no escribo artículos ni tuits para "hacer amigos"...) Nuestra sociedad occidental, la heredera del raciocinio griego, de Roma,... hace tiempo se hizo líquida. Los cimientos sólidos sobre los que se construyó se resquebrajaron y surgieron generaciones y generaciones de individuos que huyeron de su libertad individual para hacerse masa en una supuesta "educación" que los adoctrina con premisas como que "el que piensa diferente es un fascista", mermando cada vez más sus entendederas para hacerlos consumidores de programas agit-pop de populismo político en los que los ganadores son neocomunistas disfrazados (feminazis, podemitas, etc).
En esa tesitura, es fácil vivir en la ficción y creer barbaridades tales como que un tal Francisco Franco se levantó "porque sí" contra una Segunda República que era Fantasilandia, o que este mencionado militar actuó solo y era el mismísimo diablo.
La Historia en manos de manipuladores y la tergiversación del lenguaje como base para la creación de la realidad paralela en la que viven los únicos que por lo visto no son fascistas, y precisamente son los que, una vez han llegado al poder, han empezado a actuar justamente de ese modo. xxxOtro asunto que está de fondo -a mi juicio más grave- y que vengo tuiteando desde hace un tiempo, es la visión negativa que se tiene sobre los niños en nuestra sociedad. Vistos como una carga y un obstáculo para la vida egoísta, cómoda, fácil, sin obligaciones y colmada de derechos adquiridos gratuitamente, los críos ciertamente no llegan, porque no se les espera.
Las políticas de ayudas a la familia son irrisorias y desde hace un tiempo se llama familia a todo conjunto de seres vivos que vive bajo el mismo techo, por lo que se diluyen y no llega donde tiene que llegar. Pero tampoco se exigen desde abajo, porque la gente ha interiorizado que tiene que vivir para sí.
Ciudades con más perros con chip que niños, hoteles sólo para adultos,... Huir de las obligaciones y creer que un "papá Estado" nos solucionará la papeleta es forjar una población de niños eternos (no reales) a los que, llegado el caso, se les podrá seguir engañando.
Como dije al comienzo del artículo, puede que haya terminado el artículo más pesimista y espero -de verdad que así lo ansío- que la cosa cambie y no acabe como en Venezuela.
Lo que tengo claro, eso sí, es que el cambio vendrá por parte de personas libres que busquen la libertad para los demás, sin complejos y bien conocedoras de la gran nación que es España. Personas que no escriban tuits para recibir subvenciones (estoy pensando en los de esos cómicos nada más saber que Pedro Sánchez "okupaba" La Moncloa), y que no tengan miedo de decir lo que piensan.
El otro día decía una argentina en Twitter: "Háblenle de política a sus hijos antes de que lo haga esta izquierda". Quizá lleve razón. Lo que está claro es que hay que vacunarse con la mejor educación y defender con valentía los que siempre han sido nuestros valores.

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