Una de las diferencias mas notables entre el universo Marvel y DC se basaba en el apego a la realidad del primero con respecto al segundo. Desde la aparición de los Cuatro Fantásticos o Spiderman, nuestra realidad y la de la tierra 616 marvelita eran un calco…excepto por la aparición de superhéroes y supervillanos.
Uno de los ejemplos mas visibles de esa cercanía entre realidad y ficción se daba en Nueva York, mas concretamente en un lugar de Manhattan conocido como “La Cocina del Infierno”, lugar donde la mafia, crimen, prostitución y cualquier delito que puedas imaginar van de la mano. Como ya hemos dicho, la diferencia entre el universo real y el imaginado por Stan Lee, Kirby y compañía, está en la aparición de héroes que velen por la justicia. Y “Hell’s Kitchen” tenía a su protector, Daredevil. Así que cuando Matt Murdock decidió poner orden a su cabeza y espíritu, se necesitaba un nuevo vigilante. Punisher, el Caballero Luna o Luke Cage podían haber recogido el testigo, pero necesitábamos a alguien que buscara no solo justicia, si no encontrarse a sí mismo. Afortunadamente, T’Challa pasaba por allí. Después del enfrentamiento con Muerte y dejar a su hermana Shuri bajo el manto del Dios Pantera, el monarca de Wakanda será el encargado de vigilar La Cocina del Infierno.
Con cambio de título incluido, la serie pasó a llamarse Black Panther: The Man Without Fear a partir de su numero #513, David Liss y Francesco Francavilla debían mantener el espíritu de justiciero contra el crimen pero sin crear un clon de Daredevil. Nada mejor para ello que nuestro protagonista inicie nueva vida, con identidad secreta incluida, con la que mezclarse con sus nuevos vecinos.
Con un inicio prometedor, Francavilla consigue un estilo muy atractivo que mezcla a Marcos Martín y Maleev, poco a poco va decayendo el interés. Con un nuevo villano en los bajos fondos con el que Pantera parece repetir el duelo Kingpin/Daredevil, y con los tópicos y esquemas ya vistos, los seis números del tomo terminan por ser una repetición de Daredevil.
Es curioso como Liss su acierta al mostrarnos La Cocina del Infierno. El escenario está brillantemente descrito, pero el problema está en el argumento principal, que se alarga y añade subtramas que se cruzan queriendo dar mas profundidad y complejidad a la historia, pero terminan por ser un poco descabelladas. Tampoco ayudan los invitados especiales que no aportan nada.
Un dato curioso con respecto a la traducción de los diálogos del villano; Topicazo en el acento y su torpeza al hablar.
Valoración:5