Papaíto piernas largas ~ Jean Webster

  

● Título: Papaíto piernas largas
● Título original: Daddy Long-Legs
● Autora: Jean Webster
● Serie: Libro independiente
● Publicación: 2010 (original: 1912)
● Editorial: Biblok 
● Páginas: 222
● Precio: 6’95 €

 

Judy Abbott es una muchacha alegre, cordial y trabajadora que no conoce el mundo más allá de los muros del orfanato donde se ha criado... hasta que su vida da un vuelco cuando un misterioso millonario decide becarla para que acuda a la universidad y haga carrera como escritora. Judy no sabe nada de su benefactor, sólo que tiene las piernas muy largas, y hará todo lo posible por descubrir cuál es su verdadera identidad.

Hoy quiero hablaros de una pequeña joyita: Papaíto piernas largas. Si no hubiese sido por la blogosfera, seguramente nunca habría oído hablar de él; pero menuda suerte la mía, que leí la reseña de mi querida Andvari y me lo prestó, asegurándome que lo adoraría (y Anna Gallagher tampoco se quedó corta en elogios). Y vaya si acertaron, devoradores ♥

Tal vez no sea un libro increíble, pero sí maravilloso. ¿A qué me refiero con esto? A que el libro no cuenta con la trama más elaborada del mundo, grandes dosis de intriga que inviten a engancharse a la historia ni un gran elenco. Es más, la trama peca de sencilla, misterio no hay más que uno (que yo vi venir muy pronto, única razón por la que no se lleva los 5 corazones) y el único personaje al que de verdad llegamos a conocer es Jerusha (prefiere que la llamen Judy, no lo olvidéis). Y, aún así, enamora. Lo hace, porque, pese a la sencillez de la historia, no puedes evitar sonreír tontamente de vez en cuando; porque, aunque la lectura no sea adictiva, no quieres dejar de seguir leyendo; y porque Judy es un amor.

No entraré en detalles sobre el argumento, porque es un libro muy cortito que no quiero spoilearos y con la sinopsis de arriba tenéis más que suficiente para haceros una idea general. La novela se divide en dos partes más que diferenciadas: la primera está formada por un pequeño capítulo llamado ‘Miércoles gris’, en el que nos presentan a nuestra protagonista y la situación en la que se encuentra. La segunda, ‘Cartas de la señorita Jerusha Abbot al señor Papaíto Piernas Largas Smith’, está formada por las cartas que Judy escribe a su benefactor contándole su experiencia en la universidad. Ella, adorable, entusiasmada y soñadora, le cuenta cómo se va adaptando a su nueva vida, aunque se niega a dirigirse a él como John Smith (tal y como él le pidió, aunque no es su verdadero nombre) y prefiere llamarle Papaíto piernas largas.

Me encanta Judy, creo que es imposible no encontrarla adorable. Con cada una de sus cartas nos atrapa un poco más, nos entretiene, nos sorprende y nos divierte, hasta que consigue ganarse nuestro afecto (que se merece con creces). Además, tiene a su favor la clara evolución que sufre a lo largo de la historia; su personalidad queda cada vez más definida, va madurando y gustando más al lector.

Aunque la edición pueda engañarnos (una cucada en tapa dura), esta novela fue escrita originalmente en 1912. Si sois de los que se asustan de los clásicos, que eso no os eche para atrás; a mí me resulto increíblemente refrescante. Además, la pluma de Webster es ligera, inocente y divertida, así que leerla es una delicia. Sin lugar a dudas, un pequeño clásico lleno de dulzura que no podéis perderos; os aseguro un par de horitas de lo más entretenidas.

 

· Gracias a Andvari, que es un amor·