Revista Cocina

Papas a lo pobre.

Por Pepemantero

Papas a lo pobre.

 

Hay diversidad de recetas, todas bajo la misma denominación, “papas a lo pobre”. Yo te paso la mía, la que hago siempre, que está experimentada, probada y más que aprobada por unos y otros. Deliciosa, esponjosa y unas cuantas osas más que, por la hora y porque tengo el perol en el fuego, excuso referirte.

Los ingredientes son de lo más sencillo: cebolla, pimiento, ajo, papas, aceite y sal. Así de simple.

Prefiero cocinarlas en cazuela honda de barro, con tapa que nunca se cierra del todo, dejando así escapar vapores.

El secreto alquímico de las papas a lo pobre es que, aunque se hagan con aceite, no van fritas sino cocidas, de ahí su sabor y su carácter esponjoso, jugoso y otros osos más que, por la hora y porque… etc.

Deja el aceite para lo último.

Pela y trocea las cebollas en porciones grandes o medias, y al fondo de la cazuela. A continuación, corta el pimiento en tiras y a la cazuela. Yo los dientes de ajo se los echo enteros, sin quitarles la piel.

Seguidamente, trocea las papas, previamente peladas, en rodajas gorditas, y ve disponiéndolas también en la cazuela. Sazona con sal (y pimienta, si te apetece) al gusto y, finalmente, cubre todo de aceite.

A fuego fuerte, espera a que empiece a querer hervir todo el preparado y, cuando comience la ebullición, reduce a fuego lento y tapa, dejando una pequeña abertura para los vapores.

Ten paciencia y ve comprobando, más o menos cada diez o quince minutos, con un tenedor la blandura de las papas.

Finalmente, cuela casi todo el aceite (yo lo cuelo todo), y ¡listas las papas a lo pobre para servir!

No es una receta barata, pero tampoco cara. Eso sí, se toma su tiempo.

¡Buen provecho!


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