Revista Infancia

Para aquellos bebés que nunca pudieron ser fotografiados…

Por Aguamarina Maribel Jiménez
Óscar

Óscar

Hace poco más de un año que perdí a mi bebé y cada vez que pienso en él me emociono. Le prometí que iba a sonreír cuando pensara en él, pero todavía me cuesta.

Ahora que veo todo el proceso que pasamos con más distancia me doy cuenta de lo deprimida que estuve el verano pasado aunque yo me esforzara por hacer ver que lo aceptaba y que la vida continuaba.

Es  devastador para una madre, para un padre, no poder abrazar nunca a tu hijo, ni besarlo, ni fotografiarlo.

Y precisamente para esas familias que nunca pudieron fotografiar a sus bebés he conocido un precioso proyecto que te quiero presentar hoy de la mano de Rosa Riestra de la Asociación Brazos Vacíos de Oviedo. Te dejo con ella y con su testimonio.

¿Qué sienten una madre o un padre cuando se quedan sin un hijo/a?

Víctor
Tal devastadora vivencia ni siquiera tiene palabra que la defina en nuestra lengua.

¿Y si esa pérdida ocurre intrauterino o en los días posteriores al parto? Pues que aún siendo igual de devastador, el dolor queda silenciado por la falta de reconocimiento social, que te consuela con un “eres joven, ya tendrás otro” o un “mejor ahora que más adelante”.

Y los tramites burocráticos que se han de tomar en el momento de la noticia, cuando aún piensas que despertarás de tal pesadilla, ¿dejan espacio para el dolor de esos padres? Son momentos en los que has de tomar decisiones irrepetibles, para las que no estamos preparados…porque, ¿cómo despedirnos de alguien a quien estás esperando dar la bienvenida?

La historia de Eloi

Nosotros hace casi 4 años que vivimos esa despedida, era la semana 34+1 de gestación, en una revisión rutinaria. Ninguno de los que estábamos en esa sala estábamos preparados para escuchar esa devastadora noticia: ni la abuela ilusionada por ver a su nieto, ni la ecógrafa que al no encontrar el latido quito de nuestras vistas el monitor sin dar más explicación, como si lo que hubiese visto fuera espantoso, o el resto de personal que desfiló por la consulta haciendo preguntas acusadoras como: ¿Pero desde hace cuánto que no lo sientes? ¿Por qué no viniste antes a urgencias? Y que terminaron su trabajo dándonos en mano nuestro informe y mandándonos solos a urgencias para hacer el ingreso; ni por supuesto nosotros estábamos preparados para despedirnos de Eloi, esa era una opción que no existía en nuestras mentes.

A continuación preguntas, decisiones vitales y nuestras cabezas aún ni siquiera habían empezado a asimilar lo que estaba ocurriendo. Un parto que habíamos estado preparando para que fuera lo más fisiológico posible se había transformado en el deseo de que me durmieran y acabaran con esa pesadilla. Agradezco que por protocolo no me permitieran hacer cesárea, porque me hubiese perdido la experiencia de dar a luz a mi hijo.

Gracias al apoyo de nuestra profesora de preparación al parto, Esther, en esas pocas horas que tuvimos entre la “tan urgente ” inducción y el parto, pude recuperar en cierta medida mi ideal de parto fisiológico y luche porque respetasen nuestros deseos originales.

Lo siguiente fue un parto difícil, faltaba la fuerza de uno, pero aun así Eloi nació. En ese preciso instante lo envolvieron y se lo llevaron, sin ni siquiera enseñármelo, todos se fueron y me dejaron sola con la auxiliar que se quedaba limpiando, hasta se llevaron a mi pareja para que firmase unos papeles.

Y a continuación el gran dilema: ¿queréis verlo?

Después de esos gestos que había tenido el personal me nacía un miedo de ver a mi propio bebé, ¿tendría algo horrible?

El matrón nos dijo que era un bebé precioso y que sería bueno estar un rato con el. Y tenía razón, nuestro bebé era el más preciso de los bebés, tenía de todo y en su sitio, eso sí, no nos atrevimos a destaparlo del todo por miedo a encontrar ese horror que casi todos parecían ver. Solo fueron 30 minutos, pero fueron momentos de mucha paz, estuvimos tumbados en la cama con el, como una familia que éramos. Pedimos la huella de sus pies y nos planteamos hacerle una foto, pero en ese momento no me sentí con fuerzas. Pensé que el recuerdo de su cara permanecería en mi mente para siempre, pero en una situación de estrés tan grande, los recuerdos se desvirtúan y la carita de Eloi se fue desdibujando. Nunca me arrepentiré tanto de no dar clic a un botón.

Tenemos mucho que aprender del acompañamiento en estas situaciones. Nuestro caso fue denunciable de principio a fin, nadie velaba por nuestros derechos y mucho menos se tuvieron en cuenta nuestros procesos.

La vuelta a casa con los brazos vacíos es una sensación anti natura; es un dolor etéreo, en el que no hay memorias, ni caricias, ni besos, solo proyecciones de lo que iba a ser una vida juntos. Parecía imposible retomar la vida donde se había quedado, pero el tiempo fue pasando, otras familias que vivieron la triste despedida fueron apareciendo, y entre todos fuimos ayudándonos y creando un grupo de apoyo.

En el camino también aparecieron profesionales sensibilizados con estos procesos vitales como Norma Grau.

Stillbirth: El proyecto de Norma Grau

Gracias al trabajo de personas como Norma Grau podemos tener algún testigo de que nuestro bebé existió. Con su proyecto Stillbirth, dedicado a bebés que nunca fueron fotografiados, Norma da voz al silencio que viven esas familias, reivindicando la identidad de todos esos bebés.

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Stillbirth es un proyecto fotográfico dedicado a los bebés que nunca pudieron ser fotografiados (y a sus familias).

La mayoría de estas familias no tienen ninguna imagen de su bebé, y apenas unos pocos recuerdos materiales que nunca estrenaron. A veces, el entorno les niega el derecho a llorar a su hijo,  ya que nadie le llegó a conocer, y no existen “memorias” de este niño. Pero sus padres necesitan llorarle y recordarle igual que nos pasa a nosotros cuando muere un ser querido.

Mediante estas fotografías, donde aparecen los objetos del bebé, las familias consiguen una imagen que representa a su hijo.

Y gracias a estas fotografías pueden mostrar a su bebé al mundo.

Stillbirth significa nacido quieto, en silencio; “Nuestros bebés nacieron en silencio, pero aún así nacieron”.

Podéis consultar su trabajo en su página web y ver un testimonio personal en el que comparte el nacimiento de su proyecto aquí.

Encuentros este verano para familias interesadas

adios a un hijo

Norma Grau visitará diferentes ciudades españolas fotografiando familias que hayan experimentado dicha perdida. Si estás interesado en participar ponte en contacto a través esta dirección de mail .

  • Palma de Mallorca: 16 y 17 de julio (contacto aquí)
  • Madrid: 6 y 7 de septiembre
  • Zaragoza: 8 y 9 de septiembre (completo)
  • Valencia: 13 y 14 de septiembre
  • Sevilla y Jaén: 20 y 21 de septiembre
  • Oviedo: 3 de octubre (contacto aquí)

Yo sigo necesitando hablar de Eloi, y lo haré siempre, con el orgullo que cualquier madre habla de su hijo.

Gracias Norma, por dar visibilidad a nuestros bebés.

Rosa Riestra
Asociación brazos vacíos (Oviedo)

(Fotos de Norma Grau)

Somos padres huérfanos, mis hijos han existido. – Proyecto Stillbirth

Aguamarina

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