Muchas veces nos sometemos a nosotros mismos a encajar en un molde que no nos corresponde. Buscando aceptación, esperando la aprobación de los demás antes de la nuestra, vamos apagando nuestra esencia y con ello, olvidándonos cada vez más de quienes en realidad somos.
Resulta complicado nadar en contra de la corriente, romper paradigmas sociales, culturales y religiosos. Muchas veces en nuestro intento de querer ser nosotros mismos, o al menos de descubrir un poco lo que hasta para nosotros es desconocido, somos visto como raros especímenes, como errores del sistema, sin considerar que lo normal, no necesariamente es lo mejor.
Imagen: paradigmaterrestre.
Mientras nos preocupamos más por dar la imagen que mayor aceptación tenga, nos haga ganadores de un amor, de un trabajo, de una posición, de un reconocimiento, estaremos atrayendo a nuestra vida aquello que proyectamos, en donde al no terminarnos de aceptar a nosotros mismos y por ende no querernos por lo que somos, a nuestra vida vendrá todo aquello que sintonice en esa frecuencia.
Basta con abrir un poco lo que en realidad somos, escuchar nuestro corazón, dejando de lado nuestros miedos, las limitaciones autoimpuestas, la preocupación por el qué dirán, para que comencemos a experimentar una vida totalmente diferente y diferente de manera positiva.
Cuando aprendemos a exteriorizar nuestra esencia todo milagrosamente comienza a encajar, nuestros propósitos se hacen claros, lo que nos apasiona parece extendernos la mano para sujetarnos con fuerza, las oportunidades se presentan de la manera más oportuna y las personas que ya no encajan con nuestro verdadero “yo” sencillamente se alejan, dando espacio para aquellas adecuadas en la nueva fase de nuestras vidas.
Es sabido que desprenderse de algo puede generar cierta resistencia, inclusive cuando sabemos que ese “algo” nos resulta inconveniente. Podemos sentir miedo a la pérdida, podemos querer mantenernos en nuestra zona de confort e inclusive resignarnos a que aquello corresponde a lo que merecemos. Pero resulta necesario darnos el valor que realmente merecemos y tomar las medidas que nos acerquen a lo que somos.
El ser nosotros mismos es lo único que nos permite garantizar que le sacaremos a esta experiencia el mayor provecho posible, rodeándonos de quienes deban estar cerca a lo largo de nuestro recorrido.
Conócete, reinvéntate de ser necesario, pero nunca dejes de seguir el llamado de tu alma que te habla a través del corazón, intentando guiarte por el mejor de los caminos para ti.
Mujer