Revista Opinión

¿Para cuándo la ley para una vida digna?

Publicado el 14 mayo 2011 por Carmentxu

El consejo de ministros dio forma lega ayer a una práctica habitual, no escrita, que se sucede en hospitales donde hay seres humanos con bata blanca con capacidad de raciocinio y empatía que deciden por encima de las máquinas y la fe cegadora. La ley reguladora de los derechos de las personas ante el proceso final de la vida (¿muerte, quizás? ¿por qué no decirlo?) tipifica y cataloga en su articulado la lógica que surge en cualquier mente pensante de forma espontánea, sin objeciones a la conciencia clara. Ya era hora. Es un gran paso para el hombre, pero un pequeño paso para la humanidad en el camino hacia la regulación de la eutanasia y el suicidio asistido.
Pero si regulamos la muerte, ¿por qué no dar un paso hacia delante, valiente, progresista, nunca visto hasta ahora, para el proceso inicial e intermedio de la vida? Regulamos el proceso final, pero nos dejamos en el olvido los procesos iniciales e intermedios, lo que viene a ser empezar la casa por el tejado. ¿Para cuándo una ley para una vida digna? ¿Por qué la vida digna no es un derecho también para todos, como lo es ahora la muerte? Es como si el destino se riera de quienes no están teniendo la vida digna que todo ser merece simplemente por serlo, pero cuando llegue el momento final, las leyes, entonces sí, les garantizarán que se vayan con todos los honores. Caprichos y lujos aparte, trabajo, vivienda, tranquilidad de saber que llegas a final de mes, y no sólo de este, también de los próximos, y no sólo tú, también tus vecinos son ingredientes necesarios para la dignidad. Si se tiene eso, no hay crisis que valga ni ultraderecha ni xenofobia que avance. Que el circo de sol (y playa) no sea lo único que nos aporte calidad de vida.


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