Quiera Dios que esa muerte no sea necesaria para comprender la actitud abusadora del Estado cubano contra los disidentes. He sabido por vía telefónica que el domingo pasado el gobierno autorizó a la policía política a utilizar equipos de deportistas en la modalidad de combate –entiéndase judocas y boxeadores, entre otras– en otro intento desesperado por detener a estas Damas que solo piden pacíficamente que se liberen a sus familiares presos y al resto de opositores que cumplen condenas por pensar diferente.
Una vez que supe de las agresiones físicas y las respectivas detenciones, una idea se me ha quedado fija: “Habrá que esperar que esto suceda para que la política internacional comprenda que no se puede negociar con los gobiernos totalitarios, que es un camino sin salida. Que solo aparentan acondicionarse a los nuevos tiempos en su desesperación económica de “país parásito” que chupa de cuanta economía se le acerque”.
¿Lograr un acuerdo de Estados Unidos y la Unión Europea, está por encima de las necesidades objetivas que la sociedad civil le urge resolver? Si estos países en cuestión negocian con el régimen, están instaurando una dinastía que durará generaciones. Lo cierto y vergonzoso es que, domingo tras domingo, las Damas de Blanco son abusadas. Máxime que en otra llamada que recibí recién, he sabido que estas hordas criminales incurrieron en fracturas óseas de estas indefensas mujeres que no cejan, ni cejarán, en su anhelo de libertad, a pesar de que los estados antes mencionados hagan oídos sordos y oculten las miradas en los celajes absurdos con que los hermanos Castro los encantan, y hacen bailar a su antojo y ritmo.
Aún espero que los gobiernos implicados en las aperturas, comprendan que pierden su precioso tiempo y desanden el camino recorrido y todo no quede más que en un acercamiento a esa verdad de la que no he dudado ni por un instante: la dictadura no entregará tregua para cambiar esta triste realidad que nos apesadumbra por más de medio siglo.
Y continúo afirmando que mientras más se fortalezcan, más raíces echará la dictadura, por ende, más sufrimiento continuará viviendo la población cubana mientras los poderes se ponen de acuerdo.
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión Unidad de Guardafronteras
23 de abril de 2015
La Habana