Ilustración artística de un exoplaneta habitable. Crédito: diversepixel (Shutterstock)
Por primera vez en la historia, la humanidad está cerca de encontrar planetas similares a la Tierra donde exista vida, pero estos extraterrestres podrían no tener la forma de seres inteligentes, dice un grupo de expertos.
El observatorio de nueva generación de NASA, el Telescopio Espacial James Webb (JWST) –que se espera sea lanzado en 2018-, y sus sucesores darán a los científicos la oportunidad de buscar señales de vida en las atmósferas de planetas fuera del Sistema Solar, conocidos como exoplanetas. Pero estos telescopios no serán capaces de detectar si las formas de vida son seres inteligentes o microbios unicelulares.
“Creemos que estamos muy cerca de encontrar vida en otro planeta”, dijo Sara Seager, astrónoma del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Massachusetts, en una presentación el 14 de julio en las Oficinas Centrales de la NASA en Washington, D.C. Seager, quien ha estado a la vanguardia de la búsqueda de una “Tierra 2.0”, fue parte de un panel de debate acerca de la búsqueda de vida extraterrestre.
“Pienso que todos quieren ver vida inteligente; es parte de nuestra cultura”, dijo Seager a Live Science. “Pero en realidad estaremos felices de ver cualquier tipo de vida”.
Sin embargo, incluso si la humanidad encuentra vida extraterrestre que resulta ser organismos unicelulares, seguirá siendo “fenomenal”, dijo Seager, dado que esto sugeriría que la vida puede ser común más allá de la Tierra. Si existen microbios vivos en cualquier lugar de la galaxia, esto aumenta las posibilidades de que otra vida inteligente pueda haberse formado, añadió.
El Telescopio Espacial Kepler de la NASA, que fue lanzado en 2009, ha ayudado a los científicos a descubrir miles de exoplanetas. Ahora los astrónomos saben que básicamente todas las estrellas en la Vía Láctea tienen al menos un planeta en órbita, dijo Seager. Y hasta uno de cada cinco planetas alrededor de estrellas similares al Sol pueden ser planetas similares a la Tierra que se encuentran en la zona habitable, orbitando a la distancia justa de su estrella madre donde puede existir agua en estado líquido y –por lo tanto- también vida.
“Ahora sabemos que vivimos en una galaxia llena de planetas”, dijo John Grunsfeld, ex astronauta de NASA y administrador asociado del Directorio de Misiones Científicas de la agencia en Washington, D.C.
John Mather, premio Nobel y astrofísico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, también está emocionado por la posibilidad de encontrar otros mundos habitados. Mather es científico de proyecto del JWST, el nuevo telescopio de 8.800 millones de dólares.
Entre otras cosas, el JWST buscará signos de vida, o biomarcadores –tales como oxígeno, dióxido de carbono o agua- en las atmósferas de los exoplanetas. El telescopio buscará estos biomarcadores analizando la luz que pasa a través de las atmósferas de los planetas a medida que orbitan frente a sus estrellas progenitoras.
Pero incluso con JWST, los científicos deberán tener mucha suerte para identificar planetas habitados, debido a que la luz reflejada por estos mundos es muy débil, y el observatorio no puede captar suficiente luz para ver a la mayoría de ellos, dijeron los panelistas. Para comenzar realmente la búsqueda, la NASA necesitará telescopios más grandes, con espejos que midan de 10 a 20 metros de diámetro; mucho más grande que el espejo de 6,5 m de JWST, dijeron.
Aun así, si los científicos encuentran biomarcadores en la atmósfera de un exoplaneta, estas pistas solo les dirán que existe algún tipo de vida en el mundo extraterrestre; no les dirán qué forma tiene, dijo Seager. Por ejemplo, la vida extraterrestre podría corresponder a bacterias simples o amebas, en lugar de por ejemplo, seres multicelulares.
JWST y sus sucesores inmediatos tampoco serán capaces de buscar señales enviadas por seres inteligentes, pero si encuentran planetas con cualquier signo de vida, otros telescopios embarcados en la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI) podrían centrarse en aquellos planetas y “escuchar” en busca de ondas de radio u otras señales que podrían apuntar a una civilización extraterrestre tecnológicamente avanzada. De hecho, los astrónomos del Instituto SETI en Mountain View, California, ya están realizando observaciones de seguimiento de los exoplanetas encontrados por Kepler, dijo Seager.
En última instancia, el ser humano querrá enviar sondas o incluso naves tripuladas a los planetas que muestren signos de vida, pero con las limitaciones de la tecnología espacial actual, llegar allí tomaría mucho más tiempo que la duración de una vida humana.
Fuente: Live Science