
¿Era necesaria una cuarta entrega de la saga Toy Story? Sus artífices, con John Lassetter a la cabeza, se hicieron la misma pregunta cuando, en 2010, se cerraba brillantemente la franquicia con la llegada de Andy a la vida adulta y el legado de sus juguetes a la pequeña de la familia, Bonnie. La respuesta unánime, un no rotundo, a menos que surgiese una historia que como mínimo se encontrase a la altura de los tres anteriores trabajos. A tenor de los acontecimientos y del título que figura junto a estas líneas, parece ser que esa idea brotó y floreció tan espléndidamente como para no desmerecer un ápice ante ninguna de sus hermanas. Veinticuatro años después de aquel primer alumbramiento, con la misma frescura de entonces y con el candidato al Óscar por el libreto de Del revés como director, aquí se cierra de manera espectacular la franquicia que cambió para siempre el cine de animación por ordenador introduciendo unas tramas que, además de cautivar, iban dirigidas a cada persona que entraba en la sala, sin importar su edad, para enriquecerla y aportarle mucho más de lo que nunca hubiese esperado de un filme aparentemente infantil.

Woody el vaquero, Buzz Lightyear y los demás compañeros, que ahora pertenecen a Bonnie, le acompañarán en sus primeros años de colegio. Un juguete llamado Forky, construido por la propia niña, se une a la banda y propiciará un viaje en el que conocerán nuevos amigos y reaparecerán viejos conocidos.

La receta vuelve a funcionar como un reloj: reflexión con corazoncito, diversión y entretenimiento. Perfección en la parte técnica que ofrece persecuciones que nos hacen asirnos a la butaca y disfrutar más incluso que en el mejor cine de acción sin renunciar al mestizaje con unas gotas de terror y misterio. Y las risas de siempre; el humor y la magnífica banda sonora de Randy Newman con dos nuevos temas que darán que hablar en los Óscar. Todo, rayando al nivel de 10 de las anteriores cintas.

Un precioso relato de amistad y amor con aroma a western clásico de los de John Ford, con una clara alusión a la proactividad y al inconformismo, a no aceptar una situación que sabes que es mala y que no va a mejorar, a no dejar que te pasen las cosas, a provocarlas, a escuchar tu voz interior y a encontrar tu propio camino y tu lugar en el mundo. Amén (a pesar de que Woody sigue siendo el eje sobre el que gira todo) del protagonismo de personajes femeninos fuertes e independientes, con entidad propia, tendencia creciente en los últimos años (y ejemplo a seguir) en las producciones de Disney y Pixar.

Una película inspiradora para jóvenes de 0 a 99 años. Otro guion redondo, perfectamente cerrado, que nos regala secundarios inolvidables como el impagable Duque Boom, encarnado a la voz por un descacharrantemente autoparódico Keanu Reeves. La respuesta inmediata a la fatídica pregunta: ¿qué me recomiendas de lo que hay en cartelera?

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos
Copyright imágenes © Pixar Animation Studios, Walt Disney Pictures. Cortesía de Walt Disney Studios Motion Pictures España. Reservados todos los derechos.
Toy Story 4
Dirección: Josh Cooley
Guion: Andrew Stanton y Stephanie Folsom
Intérpretes (voces): Tom Hanks, Tim Allen, Annie Potts
Música: Randy Newman
Montaje: Axel Geddes
Duración: 100 min.
Estados Unidos, 2019
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