Para los que nos gusta escribir…

Desde que tengo memoria siempre mantenía cerca una hoja, libreta o similar y algo con que poder realizar los trazos deseados. Al principio eran dibujos, de 8 ó 9 años un cuento de una perrita, como a los 10 un periódico en el cual fui multifuncional: redactora, editora, ilustradora, diagramadora y lectora, ah lo olvidé…también la promotora. Luego los diarios, los cursis diarios…que fueron como 20 ó 22, ya no recuerdo. Luego otros proyectos que considero me ayudaron a superar cuestiones personales y lo único que hice fue compartirlos plasmándolos en papel y tinta encuadernados.

A medida que crecemos o mejor dicho que maduramos (por que podemos tener 80 años y no haber madurado nunca) nos damos cuenta que mientras más aprendemos y más leemos, menos sabemos o para aclararlo un poco mejor: Nos damos cuenta de lo mucho que nos queda por aprender.

El mayor problema de querer escribir es pensar que en la primera vez que nos sentemos frente a la máquina de escribir moderna vengan las mejores ideas, las mejores historias, las mejores novelas, las mejores canciones y los mejores libros…¡por favor! no digo que no pueda ser así, pero como regla creativa no debemos quedarnos con la primera idea…lección que he tenido que aprender duramente. Además escribir es un oficio, y el oficio se aprende practicando.

Por eso ahora admiro más a los verdaderos escritores, aquellos que como diría Robert McKee: ¨Encontraron la diferencia entre la humanidad y el cliché…y entonces pudieron escribir¨.

Me gusta una película que se llama ¨Midnight in Paris¨ de Woody Allen, ya que muestra el problema existencial que todos podemos llegar a tener en algún momento sintiendo que debimos haber nacido en otra época, una época mejor o en donde nos hubiéramos adaptado mejor. Es fácil para los que nos gusta escribir relacionarnos con el personaje ya que es un escritor que se encuentra en un punto de su vida en el que tiene que tomar decisiones importantes que involucran escribir por supuesto, y además conoce a muchos de sus héroes literarios y musicales. Logra conversar con ellos e incluso que critiquen su obra.

Silvia Adela Kohen menciona en su libro Para escribir una novela: ¨La voz pone los sentimientos a la vista¨, hablando de la voz narrativa.

En resumen, nuestra humanidad, imperfección, sentimientos y emociones nos deben servir para escribir desde un lugar sincero, no por conveniencia, no por reconocimiento, por oportunidad (o más bien oportunistas), sino porque para algunos de nosotros escribir es casi como respirar. Carol Zardetto dice: ¨Ser escritor es menos glamouroso de lo que se cree o parece¨ (o de lo que quisiéramos jaja). Es una profesión y oficio muy respetable, que tristemente se ha abaratado, convirtiéndose en un título elegante para algunos…cuando en realidad es algo que se gana con el tiempo, con el pasar de los años…con el dominio del oficio.