La derecha conservadora está aterrada, está en pánico, está en una crisis psicótica ante una eminente victoria de la "izquierda" en las elecciones municipales del 3 de octubre. Desde los intentos estériles del diario Correo y todo su séquito de escritores "ingeniosos", hasta un ex-ministro de Economía que ayer en la noche en un noticiero anunciaba de un probable pánico financiero por esta victoria indeseada para los grandes empresarios nacionales e internacionales, la derecha se revuelca en su lodazal.El temor no reside en la toma de la alcaldía en sí; ya la izquierda ganó las elecciones de Lima el año 1983, en pleno desarrollo de Sendero Luminoso, y nada apocalíptico sucedió en la ciudad. La izquierda nunca constituyó una amenaza para el Estado Peruano, menos para la derecha conservadora; es más, ésta jugó un rol muy útil durante la década de los ochenta, tanto así que el mismo Abimael Guzmán llamaría a la izquierda como algo que es parte del "colosal montón de basura". Para Sendero, la izquierda era uno de sus enemigos políticos.(i) Entonces, ¿en qué se basa su desesperación? La derecha conservadora piensa que un triunfo de la izquierda en estas elecciones puede constituir una amenaza, en el sentido que retroalimente un movimiento con miras a las elecciones presidenciales del 2011, para la continuidad del marco laboral y tributario que son expresión del modelo de acumulación de capital internacional, al cual el Perú ha sido conducido desde 1990. No es que se inicie una revolución bolchevique, simplemente el temor es apenas a unas posibles reformas que entorpezcan el proceso de acumulación.Pero, de darse esta victoria de la izquierda, ésta sería una sobredimensión de lo que podría entenderse como el reinicio de un movimiento social y progresista, al menos dentro de Fuerza Social. Más aún, el crecimiento del mercado, el consumo masivo y la expansión del crédito deben de haber ganado racionalidades adicionales que contrarresten tremenda imaginación; aunque no podría negarse que la población mayoritaria esté sugiriendo algunos ajustes, pero sin modificar el modelo propiamente dicho.(ii)En ese sentido, las perspectivas electorales de la izquierda con una victoria edil de Fuerza Social se ven reducidas para el próximo año. Por tanto ¿qué aspira la izquierza en la alcaldía?, ¿lo mismo del periodo 1983 - 1986? Algo que tan poco le sirvió para resistir el periodo post 1990. Estamos en una oportunidad para la izquierda, pero asimismo está en su propio laberinto para transcender hacia el siglo XXI; y creo que Susana Villarán no podrá superar estas limitaciones políticas en tanto no ha superado la desintegración de la izquierda y no marcado una nueva posición ideológica al interior de ella. Por lo demás, la derecha conservadora se aproxima a una nueva derrota electoral el próximo año y es altamente probable que se radicalice el próximo año, haciendo pasar lo blanco por negro. Aunque no se descarte otra opción, excepto una de izquierda. - - - - - - - - - - - - - -(i) En esta entrevista se deja traslucir la claridad política que Guzmán tenía acerca del papel que jugaba la izquierda; así que la equiparidad actual que se hace por ejemplo en el diario Correo entre Sendero y la izquierda es absurda. Ver: http://www.solrojo.org/pcp_doc/pcp_0688.htm
(ii) La estrategia de primero la alcaldía y luego la presidencia, no existe desde 1980 experiencia alguna.