El escándalo del espionaje masivo destapado en 2013 descubrió al mundo que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos tenía acceso a llamadas y correos electrónicos de millones de ciudadanos sin orden judicial. Desde entonces, se han tomado algunas medidas para frenar estos abusos (aunque la NSA sigue teniendo casi poder absoluto), pero los esfuerzos se han puesto en proteger el contenido de las comunicaciones, sin darle importancia a la acumulación de metadatos.
Los El equipo de Patrick Mutchler pretende poner la atención en la necesidad de proteger estos metadatos asociados a cada comunicación - tales como la fecha y hora, el destinatario, etc. - ya que a partir de ellos se puede identificar a personas individuales y conocer todo tipo de detalles sobre su vida privada. En un artículo publicado este lunes en la revista PNAS, Mutchler demuestra cómo recolectó los metadatos de 823 voluntarios gracias a una aplicación de Android y obtuvo valiosas informaciones sobre sus propietarios.
El trabajo se basó en el análisis de más de 250.000 llamadas, más de 1 millón de mensajes de texto y la información de las cuentas de Facebook de los participantes. Los autores aseguran que los metadatos estaban bien interconectados y que, tanto con estrategias manuales como automatizadas, y con recursos muy limitados, se podía identificar al propietario de la línea, su domicilio, sus relaciones de amistad y de trabajo y sacar conclusiones valiosas sobre su estado de salud o sus creencias religiosas, por ejemplo.
Los autores insisten en recalcar que el acceso a los metadatos, permitido y realizado por muchos gobiernos bajo la excusa del anonimato, tiene un "impacto significativo en la privacidad", que sigue estando igual de expuesta que bajo las prácticas ilegales de la agencia estadounidense.
Referencia: Evaluating the privacy properties of telephone metadata(PNAS)