En varias ocasiones he hablado con usuarios que antes empezar con alguna distribución Linux me preguntan si podrán usar algún programa en concreto en su nuevo sistema operativo. A la mayoría les he dicho que siempre hay alguna alternativa a los programas de Windows en Linux, un ejemplo de ello es Gimp y Photoshop. En este punto antes me planteaba si el programa que tanto anhelaban poder usar en su nuevo sistema operativo era realmente una necesidad o una costumbre ya que he conocido usuarios que "necesitaban" el Photoshop para cambiar el brillo a una imagen. Con el tiempo me he dado cuenta de que necesidad y costumbre son conceptos muy similares en el mundo de la informática y son pocos los que están dispuestos a cambiar ya que el solo cambio de ubicación de un elemento dentro del programa puede suponer un trauma, lo digo por experiencia.
Llegados a este punto siempre pregunto cual es el programa que es tan importante es para ellos, planteo las posibles alternativas y se las muestro en mi ordenador para ver si hay una posibilidad de cambio antes de instalar una distribución Linux, mas que nada para ahorrarme trabajo.
También muestro otras posibilidades como las maquinas virtuales, wine o un arranque dual. Esas 3 opciones Son muy buenas ya que permiten tener lo bueno de Microsoft y de Linux en un mismo ordenador. El tener arranque dual no supone un problema mas allá de hacer la instalación completa de los dos sistemas operativos, también puedo decir que una de las dos opciones de arranque acaba casi siempre olvidada. El tema de las maquinas virtuales creo que es algo mas propio de usuarios avanzados y que saben realmente lo que quieren y necesitan.
La otra opción es Wine, para los que no lo conozcan es un emulador de entorno Windows que sirve para usar algunas aplicaciones de dicho sistema operativo pero que tiene sus limitaciones, igual que las anteriores opciones. Este artículo tiene como objetivo intentar explicar a algunos usuarios que se plantean usar Wine para que es adecuado y para que no. Si quieres jugar a juegos potentes que no tienen versión para Linux solo hay un camino, usar Windows de forma nativa, ni en una máquina virtual ni con Wine. Wine o las plataformas similares que hay son una buena opción si quieres usar algún programa pequeño que no tiene versión para Linux. Un ejemplo es un amigo que me dijo que le instalase Ubuntu y me comentó que el jugaba al poker en Internet con un programa que se había descargado de una web. Mire la web y en la sección de preguntas frecuentes tenían contemplado la opción de usar dicho programa con Wine, lo cual tengo que decir que me sorprendió y alegró mucho ya que cuesta mucho todavía encontrar ese tipo de cosas, esto quiere decir que los usuarios de Linux cada vez somos mas y nos están empezando a tener en cuenta. Para ese tipo de cosas si que podemos usar Wine pero si quieres usar un programa como el Autocad y hacer diseños grandes lo mejor es usar Windows de forma nativa.
Todo esto que he comentado de juegos potentes y Autocad y mi recomendación de usarlo en Windows de forma nativa lo digo siempre hablando de ordenador "normales". Si tienes un ordenador con un Intel i7 de ultima generación como el I7 8700K que tiene 6 núcleos y 12 hilos de proceso con una velocidad de 4.3 Ghz, 16 Gb de Ram y una gráfica de ultima generación, quizás entonces puedas usar juegos potentes en Wine o en una maquina virtual, pero como esos ordenadores no los tenemos la mayoría de los usuarios en nuestro hogar la mejor opción siempre será instalar Windows directamente en nuestro disco duro y dejar las máquinas virtuales y el Wine para lo que os recomiendo.
Un saludo a todos.
Sobre el autor
Me gusta Linux, probar distribuciones nuevas y aprender de ellas. Tambien me gusta el diseño web y sus infinitas posibilidades