Hace ya unos mesecitos que escribí sobre el pincho de txangurro de El Globo. Así como que fue en febrero 2012, vamos, antes de ayer. Y tiene gracia, por aquél entonces, le dediqué el post (éste) a mi querida I (sí, lo consiguió, ¡su proyecto salió adelante!), y esta vez, volvemos al mismo lugar de partida, volvemos a El Globo, pero no es I, sino T a quien dedico este post.
Las cosas están complicadas en cualqueir sector, qué decir que encontrar trabajo es jodido hoy en día (disculpad la expresión, pero no se me ocurre otra palabra que lo defina mejor). Y ella, T, es una luchadora, no sólo por su sueño personal, que poco a poco va consiguiendo, sino por ser capaz de decir bien alto y claro aquello que no le gusta, aquello que cree injusto, y pelea como nadie por sus derechos, por los que le quedan al menos. Si me permitís, seguiré esta carta dirigiéndome a ella, seguro que se rie, y luego me dice eso de "estás fatal rubia!"
Ole tú, ole tu fuerza, y ole ese ímpetu por decir las cosas claritas, y sin acobardarte. Porque (déjalo, jamás lograré escribirlos bien!) alucino cuando de repente, parece que ya no puedes más, que estás cansada, y sin más, como el ave Fénix, sacas fuerzas de la nada, y nos impulsas a todos los que tienes cerca. Que son muchos. Somos muchos los que estamos feliz a tu lado, somos muchos los que te admiramos y queremos, y que sabemos que vales mucho, tanto, que a tus superiores no les da para entender la suerte que tienen de tenerte en su equipo. Porque (sí, ya van dos, en serio, ni te molestes...jajaja) nunca han tenido a alguien como tu, con tu capacidad de trabajo, dedicación y esfuerzo. Pero un día lo verán, ¿la pena? que para ellos será tarde, tú habrás volado, estoy segura.Pekenia, que I y yo estamos a tu lado, como todos los que te conocemos, que cuando estés de bajón, piensa que puedes apoyarte para volver a coger impulso y volar, lejos, muy lejos, to the moon and back, three times.
Por las risas, por lo que nos une, por la amistad, por esos pinchos a media mañana antes de comer, por las discusiones que acaban en un "ale, pues que te den! pero te quiero mazo!", por las escapadas a la Cantabria no tan profunda, por ese dúo de tiburones, por ti, te quiero.
No hay nada mejor que intentar arreglar el mundo acompañada de una buena amiga, y de un pincho de txangurro en El Globo, os lo recomiendo.