Revista Psicología

Parábola de los ladrillos y la investigación científica

Por Lizardo

Parábola de los ladrillos y la investigación científica
Es una pena que no existan más parábolas en la ciencia. Encontré este interesante parábola, precisamente en un breve manual sobre esquizofrenia, y aunque la parábola es de hace 50 años casi, sigue siendo válida su metáfora sobre la desmesura de información desperdigada y cuantificaciones repetidas e incesantes y la escasa reflexión que a veces se concita a propósito de ellas, quedándonos con cifras y cifras solamente...
“Había una vez, entre las actividades del hombre, una que fue llamada investigación científica y los que realizaban esa actividad fueron llamados científicos. Sin embargo, en realidad esos hombres eran constructores que hacían edificios –llamados explicaciones o leyes-, ensamblando ladrillos llamados datos. La fabricación de ladrillos era una empresa difícil y costosa y el perito constructor evitaba el despilfarro haciendo solo ladrillos de la forma y el tamaño necesarios para la tarea en cuestión. El constructor era guiado en esta manufactura por un proyecto, llamado teoría o hipótesis.
Y entonces sucedió que un malentendido se extendió entre los fabricantes de ladrillos. Los ladrilleros se obsesionaron con  la producción de ladrillos. Cuando se les recordó que el objetivo final era la producción de edificios, no de ladrillos, respondieron que si había suficientes ladrillos disponibles, los constructores podían ser capaces de seleccionar los necesarios y continuar construyendo edificios. Las fallas de este razonamiento no eran fácilmente aparentes y así, con la ayuda de los ciudadanos que estaban esperando los edificios aún no construidos para usarlos, sucedieron cosas increíbles. El costo de la fabricación de ladrillos  llegó a ser un asunto menor porque llegaron a estar disponibles grandes sumas de dinero; el tiempo y el esfuerzo implicados en la fabricación de ladrillos fueron reducidos mediante ingeniosas maquinarias automáticas. Incluso se sugirió que la producción de un número adecuado de ladrillos era equivalente a la construcción de un edificio.
Y así sucedió  que el país se inundó de ladrillos. Se hizo necesario organizar más y más lugares de almacenamiento –llamados revistas científicas-, y sistemas más y más elaborados para llevar los registros del inventario. Pero la producción estaba por delante de la demanda y los ladrillos ya no eran a pedido.
…Desafortunadamente los constructores casi fueron destruidos. Llegó a ser difícil encontrar los ladrillos apropiados para una tarea, porque había que buscarlos entre muchos.  Se hizo difícil encontrar una parcela adecuada para la construcción de un edificio, porque el suelo estaba cubierto con ladrillos sueltos. Llegó a ser difícil completar un edificio útil  porque tan pronto los fundamentos eran discernibles, eran sepultados por una avalancha de ladrillos sueltos. Y lo más triste de todo es que a veces no se hizo el esfuerzo para mantener la distinción entre una pila de ladrillos y un verdadero edificio.”
(En: Silva-Ibarra H. La esquizofrenia. De Kraepelin al DSM-IV. Stgo. de Chile; Mediterráneo: 2012)
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ENLACE:


- Forscher BK. Chaos in the brickyard. Science. 1963; 142: 339. (PDF)
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