No es descabellado pensar que el barril del crudo Brent (unos 159 litros) podría colocarse a 200 dólares de seguir la ola de revoluciones en los países productores y, aprovechando la situación, por la especulación.
Es en tiempos inciertos cuando se ponen en marcha medidas desesperadas y aquí tenemos un bagaje importante en este aspecto. El último ejemplo es reducir la velocidad máxima a 110 km/h en autopistas y autovías para ahorrar combustible a partir del 7 de marzo próximo. Está probado que un cuerpo a medio gas consume menos energía que haciendo un gran esfuerzo, así que la opción es el inmovilismo. Así tendremos más posibilidades de pasar desapercibidos y que los mercados no noten nuestra temblorosa presencia y pasen de largo.
Una estrategia contraria ha seguido Reino Unido, que acaba de elevar el límite máximo de velocidad también para reducir, no energía, sino tiempo en los desplazamientos y aumentar así la productividad. Vaya frikis… Aquí parece ser que nuestro tiempo no tiene gran valor, devaluado como está a base de tanta precariedad. Resultará enternecedor ir a la misma velocidad que esos coches de gran cilindrada y monovolúmenes-casa que nos despegaban la pintura al pasar por el carril de al lado. Y más enternecedor todavía adelantarlos con un Cinquecento, pongamos por caso. En el foro de Porscheonline.es están que trinan y no les salen las cuentas… Y es que la austeridad ralentiza y con la parálisis aparece el frío, aunque las empresas de pegatinas ya se están frotando las manos ante las 6.000 señales sólo de la red estatal que esperan su parche.
