Hace un mes nacieron en Barcelona una pareja de bebés-medicamento, dos gemelas, con la finalidad de tratar a un hermano suyo que padece una adenoleucodistrofia, enfermedad degenerativa que si no se cura conduce a la muerte de los pacientes.
Cierto que habría que ponerse en la piel de los padres, para comprender su situación. Es indudable la alegría que sentirán por poder tratar a su hijo enfermo, pero también tendrían que considerar el elevado número de embriones, hijos suyos también, perdidos para poder producir a las dos gemelas.