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Parestesias: qué son, causas, síntomas y tratamiento

Por Davidsaparicio @Psyciencia

¿Alguna vez te ha ocurrido, tener la sensación de que se te “dormía” una pierna? ¿O has notado un cosquilleo en las manos, sin saber muy bien por qué? Entonces es probable que hayas experimentado una parestesia. 

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Una parestesia es un trastorno de la sensibilidad que produce sensaciones de adormecimiento, cosquilleo, quemazón interior, etc., en alguna de las extremidades, generalmente. 

Pero, ¿Qué más sabemos de las parestesias? ¿Existen diferentes tipos? ¿Cuáles son sus causas, síntomas, complicaciones y posibles tratamientos?

¿Qué son las parestesias?

Las parestesias, también conocidas como entumecimiento o cosquilleos, es un trastorno de la sensibilidad que suele darse en las extremidades. Implican una serie de sensaciones anormales sin un estímulo previo, como por ejemplo el hormigueo o el adormecimiento. Como decíamos, las parestesias pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque suelen hacerlo en brazos, manos, dedos, piernas y pies.

En la mayoría de las ocasiones las parestesias duran cuestión de segundos o minutos, es decir, se trata de una alteración transitoria o temporal. Sin embargo, hay enfermedades donde las parestesias se extienden más en el tiempo (y donde sí son motivo de preocupación), como por ejemplo en la esclerosis múltiple. 

En el segundo caso, es decir, cuando las parestesias son más prolongadas (y más frecuentes), es importante estar atentos a ellas porque podrían estar indicando la presencia de alguna enfermedad que requiera tratamiento médico.

Parestesia temporal: ¿por qué ocurre?

En general, como decíamos, las parestesias son temporales. En estos casos, surgen como consecuencia de haber estado acumulando presión sobre un nervio o grupo de nervios. Por ejemplo, cuando mantenemos una determinada postura mucho tiempo, como mantener las piernas cruzadas o apoyarnos sobre un codo. 

También surgen en estos casos cuando nos dormimos sobre una de las extremidades. En definitiva: las parestesias temporales surgen por malas posturas o por actividades que ejercen presión prolongada sobre un nervio o más de uno.En principio, se trata de episodios no preocupantes, porque son puntuales y porque se deben a las causas que comentamos.

Parestesia crónica o patológica: posibles causas

Otro de los tipos de parestesia, más graves, es la parestesia crónica o patológica. Entre sus posibles causas encontramos:

  • Alteraciones en el sistema nervioso.
  • Enfermedades autoinmunes.
  • Diabetes tipo 1 y 2.
  • Fallos en los nervios periféricos (por ejemplo: túnel carpiano).
  • Alcoholismo.
  • Tabaquismo.
  • Consumo de otras drogas.
  • Accidentes, golpes o caídas.

Diferentes causas de las parestesias

Como hemos visto, las parestesias pueden ser temporales o patológicas (indicadoras de un daño mayor, o de una enfermedad orgánica de base). Si agrupamos las causas generales de las parestesias en subtipos, podemos hablar de:

Causas ortopédicas

En las causas ortopédicas encontramos:

  • Lesión en la espalda o el cuello.
  • Fracturas de huesos.
  • Disco herniado.
  • Síndrome del túnel carpiano.
  • Osteoporosis (reducción de la densidad y la calidad de los huesos).

Causas neurológicas

  • Enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis múltiple.
  • Neuropatía periférica (consecuencia del daño a los nervios fuera del cerebro y la médula espinal; nervios periféricos).
  • Neuropatía diabética (diabetes mellitus).
  • Fibromialgia.
  • Alcoholismo.
  • Encefalitis (enfermedades producidas por una inflamación del encéfalo)
  • Ataque isquémico transitorio (ictus isquémico).
  • Malformación arteriovenosa.
  • Tumor cerebral.
  • Mielitis transversa (trastorno neurológico causado por una inflamación de la sustancia gris y blanca de un segmento de la médula espinal).
  • Deficiencia de vitamina B12.

Esclerosis múltiple y parestesias

Creemos importante dedicarle especial atención a las parestesias propias de la esclerosis múltiple (EM), por ser una enfermedad tan frecuente. Además, se trata del síntoma más común en esta patología, muchas veces, el síntoma que permite hacer el diagnóstico de la enfermedad, por el que la persona solicita ayuda.

Pero, ¿qué es exactamente la esclerosis múltiple? Se trata de una enfermedad autoinmune, crónica e inflamatoria, que implica la neurodegeneración del sistema nervioso central, afectando al cerebro y a la médula espinal. Se caracteriza por focos diseminados de desmielinización en estas dos zonas (encéfalo y médula espinal).

Prevalencia de la esclerosis múltiple: más mujeres que hombres

Se calcula que unos 2,5 millones de personas padecen EM a nivel mundial, siendo las mujeres las más afectadas (2 de cada 3 pacientes son mujeres).

Por otro lado, la prevalencia de la esclerosis múltiple presenta una agregación familiar; esto quiere decir que, comparado con el 0.1% a 0.3% de la prevalencia de la EM en la población general, los hermanos de personas afectadas por la enfermedad presentan un riesgo de presentarla entre 10 a 20 veces mayor (2% a 4%). 

En el caso de padres e hijos de afectados por la enfermedad, estos tienen riesgo de un 2% de tenerla, y parientes de segundo y tercer grado, un 1%.

Síntomas, diagnóstico y tratamiento de la EM

Los síntomas más frecuentes de la EM son las parestesias, como decíamos, además de otros como: alteraciones oculomotoras,  disfunción urinaria, sensación de debilidad, espasticidad y síntomas cognitivos leves. 

Lo más habitual es que los déficits neurológicos sean múltiples, con períodos de remisión y exacerbación de los síntomas. Hay personas que van adquiriendo una discapacidad progresivamente, y otras que sólo manifiestan un solo brote en su vida sin mayores complicaciones (en la EM atípica)

En cuanto al diagnóstico, este requiere evidencia clínica o por resonancia magnética de dos o más  lesiones neurológicas características (del sistema nervioso central), que están separadas entre sí en el tiempo y el espacio.
Finalmente, en relación a su tratamiento, este está cada vez más avanzado, y se suelen utilizar corticoides (para las exacerbaciones agudas) y agentes inmunomoduladores (para prevenir las exacerbaciones), así como la adopción de medidas sintomáticas (el tratamiento de los síntomas).

Síntomas de las parestesias

Volviendo a las parestesias, más allá de la EM, sabemos que estas pueden manifestarse de diferentes maneras. 

Algunos de sus síntomas más frecuentes son: entumecimiento, debilidad, estremecimiento, cosquilleo, pinchazos o agujazos.

Otros síntomas menos frecuentes son: dolores punzantes y sensación de quemazón interior.

Complicaciones de las parestesias

Las parestesias a veces pueden generar otras complicaciones, sobre todo si no se trata la parestesia de base (o la causa que la origine). Entre estas complicaciones encontramos:

  • Situación de discapacidad.
  • Parálisis de algún miembro del cuerpo.
  • Dolor crónico.
  • Malestar generalizado o fatiga.
  • Pérdida crónica de la sensibilidad.
  • Empeoramiento de la calidad de vida.
  • En casos graves, incapacidad para respirar de forma autónoma.

Por ello, las parestesias deben tratarse de forma adecuada. ¿Cómo?

Tratamiento de las parestesias

El tratamiento de la parestesia implica, directamente, tratar la causa específica que origina este síntoma. En general, en los casos de parestesia temporal, se requiere un ajuste del estilo de vida, además de terapia física (fisioterapia). 

Si el síntoma es debido a una enfermedad preexistente, el tratamiento de la parestesia pasa por tratar la propia enfermedad. Por otro lado, si los daños a los nervios son irreversibles, deberá evaluarse cada caso en concreto para evaluar si realmente existe tratamiento específico para mejorar la sintomatología de la parestesia.

La importancia de consultar con un profesional

Y tú, ¿alguna vez has experimentado una parestesia? ¿Ha sido temporal o indicadora de algún otro trastorno o enfermedad preexistente? En general, las parestesias no tienen por qué ser un motivo de preocupación, porque son comunes y todas las experimentamos en alguna ocasión (sobre todo, debido a malas posturas). 

Sin embargo, si experimentas varias parestesias, muy seguidas en el tiempo, o si estas se prolongan en exceso, te recomendamos que acudas al médico para valorar tu caso en concreto e iniciar un tratamiento adecuado en caso necesario.

Referencias:


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