He repetido muchas veces que este es un blog sobre las relaciones entre Cine Arquitectura y Ciudad, a pesar de ello, no he podido evitar escribir sobre los hechos ocurridos ayer, 13 de noviembre de 2015, en París.
Por la tarde estaba en mi ciudad, en Santa Cruz de Tenerife a muchos kilómetros de Francia, por la noche comí unos bocadillos en un bar, donde estaba un amigo arquitecto con otras personas viendo en una enorme televisión el partido de fútbol entre España e Inglaterra, después entré a la última sesión del Cine Víctor a ver Spectre, cuando llegué bastante tarde a casa, encendí la televisión y estuve viendo canales donde se estaban emitiendo películas y series, la verdad es que no llegué hasta los canales de noticas. Esta mañana, después de desayunar, volví a hacer lo mismo y tampoco llegué hasta esos canales, cuando encendí el ordenador y entré en Facebook, una notificación me decía «han confirmado que -el nombre de dos amigos que no voy a repetir- y 17 personas más estaban bien durante Atentados terroristas en París»; estos avisos, como el del reciente terremoto de Chile, siempre consiguen alarmarme más que tranquilizarme, entonces fue cuando busqué en Internet la noticia y me enteré, siempre parcialmente, de lo que había ocurrido, más de doce horas después. Mi información no vino de los periódicos, ni de la televisión, ni de los medios de noticias difundidos por Internet, sino por una red social, por la que debo confesar que me suelo enterar de muchas actividades y de los fallecimientos de cineastas.
Hace ya demasiado tiempo que no voy a París, la última vez fue en 2008 y al salir del hotel casi todos los días pasaba por delante del Bataclan y de hecho, el 11 de noviembre -justo hace tres días se cumplieron siete años- le hice la foto que acompaña a este comentario. Jamás hubiera pensado lo que iba a ocurrir, pero cada vez con más frecuencia parece que en cualquier edificio puede surgir una catástrofe.
Hace poco estaba viendo La batalla de Argel y lo que sucedió ayer me recordó enseguida a los atentados que se muestran en esa película, salvo por el hecho que aquellos terroristas intentaban salvar sus propias vidas y los actuales ni siquiera les interesan las suyas propias y prefieren suicidarse.
En Spectre se mencionan varios atentados terroristas y se ve uno en Sudáfrica -no se preocupen no es un spoiler-, provocados por esa organización para convencer a los estados occidentales que impongan una rígida -aún más rígida, habría que decir- vigilancia sobre todos los ciudadanos. Curiosa coincidencia, o no. Quizás sea porque, como decía Oscar Wilde, la realidad imita a la ficción.