Parque Güell, Barcelona

Hoy nos vamos a dar una vuelta por el Parque Güell, o Parc Güell, como te corregirían los catalanes. Este enorme jardín, situado en lo alto de Barcelona, es lo más insigne de la ciudad, junto con La Sagrada Familia o la Casa Batlló, diseñados por el mismo arquitecto catalán Antoni Gaudí. Como el resto de sus obras, el Parque Güell está lleno de creatividad, además de fundirse con la naturaleza. Esto es evidente en sus columnas con aspecto de árboles, las cuevas que forman los soportales, sus perfiles ondulados y la cantidad de vegetación y flora que allí podemos encontrarnos.

Lo más característico, tanto del arquitecto como del parque, son los azulejos de colores con distintas formas geométricas. Esta vivacidad se puede ver mismamente en su entrada, en la escalinata donde se encuentra la famosa salamandra en la que hacerse una foto sin que salga la multitud en ella es prácticamente imposible. Estas tres fuentes de la entrada representan los países catalanes: Cataluña norte, la francesa y la española, al sur. A pesar de que Gaudí lo diseñó como un espacio a las afueras de la ciudad para disfrutar de la tranquilidad y escapar del ruido, lo cierto es que los fines de semana el Parque Güell está masificado por turistas de todas las nacionalidades. Lo más recomendable, si se puede, es ir entre semana.

Desde el balcón del parque, o desde el mismo Calvario donde se habría construido la capilla, se tienen unas increíbles vistas de toda la ciudad condal, por lo que es el lugar ideal para sacar panorámicas. Para ascender hasta el parque existen dos caminos. Una de las opciones es bajarse en Lesseps y seguir las indicaciones. Lo malo de este recorrido es que hay que subir a pie una enorme cuesta. La otra opción es subir cómodamente en escaleras mecánicas desde la estación de Vallcarca ¡gran descubrimiento! La entrada al Parque Güell es gratuita y dentro de los jardines también podemos visitar La Casa-Museo Gaudí, donde residió el arquitecto antes de su muerte. Aquí podemos ver algunas de sus obras, así como parte del mobiliario diseñado para la Casa Batlló.

Sin duda, el Parque Güell es una de las maravillas más preciadas de Barcelona, por lo que no hay que dejar de visitarlo si se tiene la ocasión de venir a la ciudad.